The Walking Tacos: Tercera Temporada

Capitulo 13: Amenaza inminente

El patio estaba lleno de tacos, nuestro refugio estaba perdido, no había nada que hacer, solo nos quedaba mantenernos dentro del edificio, en silencio.
Pasamos así tres días, no había señal de Los Misioneros, todo estaba muy tranquilo, exceptuando por los tacos del patio.
Esa tarde nos reunimos todos, Tamara, John, Scott, Amy, Sam y yo, necesitábamos hablar del tema, sobre que haríamos.

-¿Ya nos podemos ir ahora?- dijo Sam.

-¡No nos iremos! Vamos a pelear. ¿Cierto Brian?- dijo Tamara, pero yo ya había empezado a considerar la idea de irnos de ahí.

-Aun no lo decido, no sabemos cuantos son ni cual es su poder de armamento- dije yo.

-Tenemos que luchar Brian, todo lo que hicimos por conseguir este lugar. ¿Para terminar así? Dejando que unos idiotas nos arrebaten lo que es nuestro- dijo Tamara, al parecer, ya estaba molesta.

-No lo se, puede ser muy arriesgado luchar, somos muy pocos- dije.

-Tenemos armas- dijo Scott.

-Armas, pero no hombres- dijo Sam.

-Es cierto, nos faltan hombres, esa es una gran desventaja- dije yo.

De alguna forma, teníamos que salir de ahí, no sabíamos que se avecinaba, no sabíamos cuando atacarían, es mas, ni siquiera sabíamos si viviríamos un día más.
Seguimos discutiéndolo, hasta casi el atardecer.

-¡Ya basta de discusión!- dije yo.

Todos se quedaron en silencio, todos me veían, parece que seria hora de tomar una decisión: ¿Luchar o huir?

-¡Ya basta! Es hora de que alguien se haga cargo de este grupo, nadie se ha hecho responsable de nada, yo tomare la decisión- dije yo, ya estaba bastante molesto.

-Lucharemos, y si no les gusta, ahí está la puerta- dije yo.

Nadie se atrevió a cruzar la puerta, todos estaban de mi lado, pero pronto, comenzó lo feo.
Tres camionetas atravesaron la reja, detrás de ellas venia un camión grande y varias motocicletas, el camión, en ambas partes posteriores, decía Los Misioneros, un hombre de aspecto grande bajo del camión, otros diez o veinte hombres, mas los de las motocicletas y los de las camionetas, nuestro destino estaba escrito, estábamos a merced de las garras de Los Misioneros.