Era imprecionante la manera en la que la vida podía dar un giro en cuestio de segundos. Eso lo aprendí desde pequeña en una manera ruda.
Solía preguntarle a las personas como habia estado su dia, como habían amanecido, como los trataba la vida… hasta que me di cuenta de que era la unica que se preocupaba por los demás. Era la unica que preguntaba si la vida era buena con las personas; nunca me preguntaron de vuelta.
Era un poco idiota el hecho de que esperaba mas de las personas, la moraleja de la historia es que no debes esperar nada de nadie… ni de ti mismo. Puedes traicionarte sin darte cuenta.
Seguía creyendo en fantasias, en corazones y margaritas hasta que prove el café frío. La frialdad de la vida.
Disfruto de la cafeína en la manera en la que una ninfómana disfruta el sexo, podria ser cafefomana…. Creo que lo soy, el punto aquí es que no estoy loca por el hecho de aparearme. Hasta él.
Golpeaba mi cabeza contra las almohadas mientras tenia problemas con problemas aritmeticos, tenia problemas con la vida en general. Ya saben, problemas pubertos y de la adolescencia. Tenia problemas con mis padres y hasta con el perro.
El café frío fue mi compañero de tristezas.
Debo comentar que nunca me senti más idiota que cuando vi sus ojos castaños. Me siento idiota tan solo de pensar en la idea de haber sido una idiota.
El café frío me ayudo a entender algo… Saben cuál es la peor parte de un corazón roto?... no poder recordar como te sentias, como eras, antes de que todo se fuera al carajo. En ese mismo momento te das cuenta de que desperdiciaste parte de tu vida en una persona que termino jodiendote la mente y el alma.
¿Puedes sentirte mas estúpido? Quizá no.