Cambios

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Mi alarma sonó haciendome caer de la cama.

Mierda!!!chille viendo que me había quedado dormida otra vez, corrí al baño. Una ducha corta para no retrasarme más, luego di otra carrera al closet para calzarme un jeans degastado,una blusa negra transparente y claro mis infaltables botas negras.

Después de un peinado algo despeinado, baje a toda prisa, tome mi bolso que contiene lo que más amo, mi cámara fotográfica.

Cariño no desayunas? Dice una amable y linda Amelía, mi amada tía que prácticamente es mi madre, ella me tomo a su cuidado cuando yo tenía tan solo cinco años, y desde entonces que no volví a vivir con Margarita mi madre, una drogadicta y alcohólica mujer que no se preocupa de nadie más que no sea ella.

No, Lía, voy tarde! Dije sacando una tostada y bebiendo un poco de jugo.

Ve con cuidado linda! Grita desde el comedor, mientras yo salgo a toda prisa.

Subo a mi coche y me conduzco hasta el estudio, donde debo tomar las fotos.

Por fin después de un agotador día vuelvo a casa, cansada pero feliz de hacer lo que me gusta.

Lía, regrese! Chille desde la entrada. Mientras deje mi bolso en el perchero.
Mi tia aparece con la cara pálida y sus ojos hinchados.

Qué ocurre?digo dando grandes zancadas a ella, para abrazarla, ya que se ve muy mal.

Es tu madre...dice en sollozos

Que hizo ahora?digo molesta

Murió, Cris... Tú madre murió esta mañana- dice abrazándome.

La verdad es que no supe como reaccionar ante la noticia, jamás tuve relación con ella, y tampoco le importo ser parte de mi vida. Por lo que entre nosotras no había ningún tipo de conexión, solo el hecho que me trajo al mundo.

Arregla tus cosas debemos viajar a la granja.- Dice Amelía, acariciando mi mejilla.

Asiento en silencio y subo para hacer mis maletas, echo algo de ropa ya que de seguro no estaremos más de dos días, solo debíamos enterrar el cuerpo y traer a mis hermanitos aquí con nosotras.

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Después de un agotador viaje tomamos un taxi hasta la propiedad de mi madre, es muy parecida a una granja pero con la diferencia que nadie la cuido como tal.

Bajamos y el pequeño Evans sale corriendo y se lanza a mis brazos. Aunque no tuve contacto con mi madre, trate de estar cerca de mis hermanitos, aunque fuera a larga distancia.

Hola cariño, ya estamos aqui- digo dándole un fuerte abrazo.

Y Emily ?-. Pregunto Amelía.

Esta durmiendo una siesta- responde Evans, aún abrazado a mi cuello.

Entramos y la casa olía horrible, había colillas de cigarros por doquier, al igual que botellas vacías de licor.
Amelía me dio una mirada y nego varias veces con la cabeza.
Deje mi bolso y junto a Evans, nos dispusimos a ordenar hasta que dejamos la casa limpia.
Nuestra amada tía, preparo la cena y comimos en silencio.

Para mi era extraño y doloroso estar allí, eran demasiados malos recuerdos.

Ve acostar a los niños y yo limpiare- dije dándole una sonrisa a mi querida tía.
Ella asintió y se perdió por el pasillo, con los pequeños.

Lave los trastes sucios y salí para fumar un cigarrillo, me tire en la mesedora y comence a columpiarme, pensando en la mujer que me dio la vida.
Estaba en silencio mirando el cielo cuando una alta música sonaba en la propiedad de al lado.

Cambio de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora