La lluvia hizo acto de presencia y a pesar de ello mis pasos se volvían cada vez más lentos. Las gotas caían sobre mi rostro y la intensidad de la lluvia fue a más.
Los pensamientos sobre aquel día no dejaban de atormentarme, pensando si quizás debí hacer algo más para evitar perderte. Seguí caminando absorto en mis pensamientos, y casi sin percatarme me di cuenta de que había llegado hasta el edificio donde vivías.
Me quede allí bajo la lluvia mirando fijamente la puerta, pensando si debía llamar o no. Sabía lo que quería hacer, pero a fin de cuentas soy un cobarde y eso no ha cambiado.
Entonces me dispuse a irme para volver de nuevo a esa nueva realidad, a esta nueva vida donde no estabas tú. Y al girarme allí estabas, frente a mí.
Me cubriste con tu paraguas y me miraste fijamente. En mi mente me habia imaginado este momento, quería decirte tantas cosas y en mi cabeza estaban todas ellas bien ordenadas pero no conseguía articular palabra.
- Estás empapado, te vas a resfriar. Vamos a casa tengo aún algo de ropa tuya.Yuta...¿me estás escuchando? - dijo ella con esa voz, aquella que tanto había anhelado.
No pude evitar sonreír. Entramos en el portal, ahora es cuando comenzaba a notar los efectos de haber caminado como un imbécil bajo la lluvia. Aunque saber que ella estaba allí y que aún se preocupaba por mi hizo que una pequeña parte de mí se sintiera mejor.
- ¿Me explicas que hacías caminando bajo la lluvia?. Yuta de verdad.... - pero no la dejé terminar la frase
- Te echaba de menos... - fue lo único que conseguí decir
- Yuta... Sabes que yo también pero lo nuestro se volvió - noté el dolor en esa pausa - complicado, no sé ni siquiera si es la palabra correcta pero no podía luchar yo sola por los dos. Pero no hablemos más de ello, ven a cambiarte anda.
Yuta, sé valiente y lucha por ella. Me repetía esto en mi cabeza todo el rato mientras íbamos camino del vestidor. Al llegar ella saca de uno de los armarios varias prendas de mi ropa y me la dio.
- Toma, puedes darte una ducha caliente mientras yo te preparo algo de comer, porque te conozco y seguro que no has comido nada. - su mano toco mi rostro y mil recuerdos vinieron a mi.
Dejé que durante unos minutos el agua de la ducha cayera sobre mí, anhelaba estar allí con ella y ahora que por fin lo estaba no podía dejar pasar la oportunidad. Salí de la ducha, me vestí y me dirigí hacia la cocina. Era el momento, me acerque a ella por detrás y la abracé. Lo hice con la esperanza de que ese simple gesto sirviera para algo y con el miedo de que si la soltaba no habría ya más oportunidades.
Ella se giró y nuestros ojos se encontraron . No pude evitar que las lágrimas cayeran, entonces ella me abrazó y durante esos segundos volvimos a ser uno.
Nos fundimos en un beso, anhelaba aquello. No sé si esta vez funcionará o cuánto durará lo nuestro pero lo que si tengo claro es que la quiero y la querré siempre.