La boda

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Hank se encontraba sumamente nervioso, sabía que existía una alta probabilidad de que él novio no aceptara compartir su vida con él pero debía arriesgarse.

_ ¿Ansioso? _ Azazel veía divertido a su hermano tratar de hacer el nudo de su corbata _ Estás temblando.

_ Yo... ¿Y si no acepta?

Azazel se acercó a él y procedió a realizar el tan complicado nudo, después colocó su mano en el hombro de su hermano menor, desde niños quedaron solos y se cuidaban el uno al otro.

_ Aceptará. Ustedes nacieron para estar juntos. Eres la calma que él necesita.

_ ¿Y si no acepta?

_ Tranquilo hermano, eres un hombre maravilloso y nunca le has temido al fracaso, en caso de que esto no resulte, tienes a tu familia para apoyarte.

_ Es que lo amo tanto.

Raven entró a la habitación interrumpiendo el momento de los hermanos.

_ Tienes que llegar antes Hank, así que deben darse prisa, es tarde ya _ Raven rodeó a su cuñado con sus brazos _ Te ves muy guapo Hank. Quita esa cara de espanto, hoy es un gran día.

(...)

Erik se encontraba en su departamento con la peor reseca de su vida; la noche anterior había ingerido litros de alcohol pues ver la invitación de la boda lo llenó de tristeza. Faltaban dos horas para la boda de Charles, y él lo único que quería era que todo fuera un mal sueño y despertar en la cabaña junto a su castaño de ojos azules.

El timbre de su departamento sonó, entre maldiciones se levantó de la cama y abrió la puerta de mala gana, Emma y William estaban del otro lado, negando con la cabeza al ver el estado de su amigo.

_ Nunca aprendes Erik, no puedes seguir así, él ya te superó y tú debes hacer lo mismo.

_ Yo jamás voy a superarlo, estoy unido a él, mis hijos...

_ Erik ni siquiera sabes si esos niños son tus hijos realmente, sólo creíste en la palabra de ese idiota y nunca te dio una prueba de ello.

_ Este no es asunto nuestro Emma, no debemos meternos...

_ Lo que pasa es que Charles logró convencerte a ti también, y no me parece justo que  mientras él esté muy feliz celebrando su segundo matrimonio tú estés aquí lamentando tu vida.

_ No estoy de humor, déjenme solo.

Erik sacó una botella de su mini bar y la destapó para tomar directamente de ella, Emma se acercó y quiso quitársela pero Erik no entendía razones y puso resistencia, un sonido en la puerta los hizo girar hacia ella para encontrar a los mellizos entrando al interior del departamento. La jovencita corrió a los brazos de su padre, habían pasado tantos años en los que Emma no veía a los muchachos, aunque no quisiera aceptarlo, el parecido con Erik era asombroso.

_ ¡Papá! ¿Porqué te haces esto? _ Wanda se acercó y se sentó a su lado.

_ Mi princesa hermosa, estás aquí _ él aspiro el aroma de su hija y la tomó entre sus brazos _ Te necesito tanto.

Wanda se separó de él y Peter se acercó a arrebatarle la botella a Erik, al principio se resistió pero la mirada severa que el joven le dedicó lo hizo desistir y entregársela.

_ Basta viejo, papá va a casarse y en lugar de hacer algo para evitarlo estás aquí, tomando y renunciando a tu familia porque no tienes el valor de luchar por lo que te pertenece.

_ Peter yo... lo amo pero...

_ Él también te ama, pero sus temores y la cobardía de ambos los mantienen en una burbuja que ninguno de los dos quiere romper.

Secretos del alma ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora