El despertar de un chico sin rumbo (Prólogo)

22 0 0
                                    

[3 años antes]

Un día lluvioso.

Niebla.

Algún ladrido o sonidos de animales.

Truenos de la tormenta.

Eso era todo a lo que ciencia cierta se podía observar y escuchar desde la ventana de mi dormitorio.

El olor a marihuana se hacía bastante fuerte, esa droga se almacenaba en una habitación cerca a mi dormitorio, si, soy un camello de droga.

Estaba sentado en mi cama, observando aquella triste (y a la vez relajante) noche desde mi cama mirando a la ventana, debido a los sonidos de las gotas de agua golpear contra el cristal de mi ventana haciendo que me entre aún más ganas de dormir de las que tenía.

No tenía nada más que hacer, el trabajo estaba hecho por ahora, hacia horas había entregado otro pedido de marihuana en un callejón de la ciudad.

Suspiré y abracé mis delgadas piernas.

Sabía que lo que hacía no estaba para nada bien, pero, no me quedaba otra cosa...estaba siendo manipulado de cierta forma por el casero.

No tenía dinero, y esa era la forma de pagarle.

No aceptaría nada más que eso, ni si quiera mi propia prostitución, eso siendo menor de edad, 17 años, si, un camello (traficante de drogas) de 17 años, puede que se te haga extraño esto, pero es lo que soy.

Mike Cooper, ese es mi nombre, el nombre por el cual ese viejo pervertido que me llamaba era "Coopercito", "Coopercito, ven aquí" siempre con un tono seductor, me repugnaba completamente.

Con lo pervertido que aquél hombre era...me manoseaba cuando quería, me tocaba, me besaba, me hacía de todo.

Excepto, tener sexo conmigo, siempre se ha abstenido a que le pague con coito.

Puse mi cabeza sobre las rodillas de mis piernas, aún abrazandolas, sentado sobre mi cama que estaba hecha ciertamente, un desastre completo.

Empecé a recordar toda mi vida, todos los malditos acontecimientos que me hicieron llegar tal punto de tener mis brazos lastimados por mí mismo por cortadas de autolesiones.

La muerte de mis padres a las 7 años y viviendo con mi tía, que hace un año falleció también, si, la muerte corre cerca mía siempre.

Acoso verbal, físico y a veces, incluso sexual, sin llegar a la violación, en la secundaria por ser homosexual, esparcieron esos rumores por la secundaria, nunca supe quien lo hizo ni como sabían esa cosa, estando en el clóset en esa época.

Tampoco tengo amigos, siempre pienso que joderé mis relaciones con la gente, así que no socializo, a parte de mi timidez.

Estoy solo.

No hay nadie ahí.

Nadie que pueda ver mis gritos de ayuda.

Quiero descansar.

Quiero que todo termine ya.

Susurraba para mí mismo esas palabras, mientras me rompía en un llanto silencioso, hacia un tiempo había estado pensando en que terminaría su vida, pero, tenía miedo.

Tenía miedo de suicidarse, a pesar de pensar que esa era su única salida de esa vida donde todo está en su contra.

Eso pensaba.

Levanté mi cabeza, mirando al techo por unos momentos.

"Ya es suficiente, quiero terminar con esto."

Dije con un hilo de voz para si mismo, las lágrimas se rebalaban por mi delicado rostro.

Mi cuerpo es delgado, no mucho pero si bastante.

No como mucho, en muy pocas cantidades debido a mí baja economía.

Por una parte pensaba en suicidarme, pero otra decía que todo aún mejorará.

Aún tenía malditas esperanzas después de todo.

Cerré mis ojos, tratando de calmarme, me estaba estresando ya, no quería tener un ataque de ansiedad, no en ese momento.

Dejé caer mi cuerpo sobre la cama, dejando de estar sentado a acostado sobre mi cama.

Miraba a la pared fijamente, secando las lágrimas que salían de mis ojos, mi vista se estaba tornando algo borrosa debido a las lágrimas que salían de mis cansados ojos.

Cerré los ojos, quería dormir, quería dormir para no despertar nunca más.

Ese era su mayor deseo, iré pacíficamente, eso quería hacer.

Poco después, me dormí.

Negro

Negro

Negro

Silencio

Silencio

Y más silencio

Eso era todo lo que pude ver en el sueño en el que estaba, caminaba infinitamente, en un sitio que ni el suelo existía.

Me sentía feliz, de alguna manera, corretear por allí, me hacía sentir como un niño de nuevo, cuando aún seguían mis padres vivos.

Soy tan iluso...

Pero, toda la felicidad llega a su fin, ¿no?

El despertador sonó, marcando las 8:30 de la mañana en su pantalla, me removía por la cama aún estando medio dormido, hasta que finalmente.

Me desperté.

—————————————————————————

¡Muchas gracias por leer el prólogo de esta historia! El calendario de actualizaciones lamentablemente, no está definido. Cuando tenga la suficiente imaginación, seguiré escribiendo hasta publicar el siguiente capítulo.

¡Espero que te haya gustado!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 18, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Con tan solo una mirada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora