Capitulo 171

25 5 0
                                    


Lara.

Brinque como una niña cada escalón de la emoción. Mi moto estaba como nueva.

No sabia ni como, ni cuando la trajeron. Pero si sabia quien.

Santiago no me había dicho nada y a pesar de ignorarlo y no querer hablar con el. Esto se merecía un agradecimiento.

Y no por llamada, uno en persona. Mi corazón brincaba de felicidad.

−Ana, sabes como llego mi moto al estacionamiento?.- Anastasia desde la cocina me miraba extrañada.

−No. De verdad que no sabia nada. Santiago de seguro la trajo.- dijo mientras tomaba un chocolate caliente y se sentaba en el sofá.

−Que piensas?.- pregunto. Yo solo miraba el horizonte por los ventanales.

−Estoy feliz de tener mi moto de regreso.

Ella sonrió.

−Yo ahora mismo iré donde Jhon, porque mas tarde se Irán para la gran casa a tener una noche de chicos. Si quieres ir conmigo...-

−Solo quiero agradecerle. Ya se que dije que no me podía acercar mas debido a mi pasado. Pero necesito agradecerle.- Tal vez en verdad Santiago no había sido el culpable de que Blair se vengara con mi moto.

−Lara. Todo con calma. Recuerda que nos pueden descubrir. Además, siento que todo se esta juntando. Los Dantes, Jeremi... todo.

−Tu solo estas nerviosa porque Mauricio pregunto hoy por ti.- Anastasia soltó un bufido.

−No diré nada con respecto a eso. Solo espero que no se acerque. Seria un desastre con Jhon.

−No se acercara, tranquila. Ya te dije que esta casado. Aunque no este enamorado, esta casado.- me reí. Fauricio y Mauricio solían ser unas personas muy extrañas con respecto a sus decisiones. Sin embargo siempre cumplían, cualquier promesa o compromiso. Asi fuera pequeño.

−Vamos antes de que se vayan.- Mi amiga y yo caminamos al apartamento de nuestros vecinos.

Jhon nos abrio con una gran sonrisa y ademas nos preparo una rica comida, solo para estar un breve tiempo hablando. Jhon le gustaba consentir a Anastasia.

−Jhon.- lo llame. El volteo en seguida.- Y santiago?.- Ya se que sonaba raro eso de mi boca. Estar preguntando por Santiago no era una cosa muy habitual en mi.

−Lleva rato abajo. No se porque no ha subido. A veces solo le gusta estar abajo pensando tonterías.- Respondió Jhon.

Me sentía incomoda pensar en que tenia que buscarlo o estar detrás de el para agradecerle. Solo por este día pasaría esto.

Baje y busque cerca de los bancos. En ninguno estaba sentado. Encendí un cigarro. No sabia que estupidez estaba haciendo. Algo dentro de mi me decía que tenia que encontrarlo.

Hasta que lo vi en el pequeño parque que tenia nuestras áreas.

Me arme aun mas de valor y camine segura de lo que haría.

−Hola inma.- lo tome por sorpresa.

−Patito.- Santiago sonaba raro.

No me miraba. Solo miraba el cielo. Este no era el Santiago que siempre me molestaba.

Entonces volteo.

−Y eso que viniste? Ya que me ignoraste todo el día, pensé que así seria por esta semana.

−Solo quiero decirte... que... gracias.- me costaba decirlo. Pero aquí estaba, parada al frente del ser mas detestable de la tierra. Dándole gracias.

−No tienes que darme las gracias. Solo lo hice por la apuesta. Te recuerdo que tu nuevo amigo Ben me amenazo. Y prefiero tenerlo lejos, a tenerlo de enemigo.. otra vez. Así que no tenia de otra. En las carreras nunca se deja una apuesta sin cumplir.

No me esperaba escuchar algo amable. Estaba en lo cierto, esta vez tenia la razón.

El no lo hacia porque sintiera empatia por mi, solo porque era un deber que tenia que cumplir.

−Igual gracias. Yo se que no fuiste tu, ya se que es tarde para decírtelo..

−Tranquila, no tiene importancia.- Se paro del banco.- Igual siempre piensan que soy el malo de la historia. Y no quiero arruinar mi reputación por eso.

Hoy sonaba melancólico y con un poco de resentimiento en su voz.

−Como quieras.

Camine unos pasos.

Y sentí la mano de Santiago en mi brazo.

−Lara.- dijo.

Esta vez no me tomaba brusco como las demás veces en donde siempre peleábamos.

−Si?.- Me acabe el cigarro en ese momento.

Mi ansiedad quería buscar otro. Mi corazón iba a mil por hora. El momento se sentía tenso. Santiago no hablaba.

En cambio. Sus ojos si podían decir muchas cosas. Ese azul podía dar a entender muchas cosas.

−Nada.- Camino por delante de mi y llamo al ascensor.- Solo que cuides mi ferrari. Que en la próxima carrera te lo quitare.

−Ni en sueños inmaduro.- Desapareció en el ascensor dejando un vació. En el gran espacio donde estaba.

Me senté en el banco donde estaba el anteriormente. Y no quise analizar el momento.

Solo saque otro cigarro y lo prendí.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora