Dragon

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Los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, específicamente, 10 semanas. Hermione y Eryx empezaron a estudiar mucho antes volviendo locos a Ron y Harry los cuales pasaban su tiempo libre con ellos en la biblioteca tratando de hacer todos los trabajos suplementarios los cuales Eryx terminaba ayudándole a Harry con algunos.

—Nunca podré acordarme de esto —estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano. 

Harry, que estaba buscando «díctamo» en Mil hierbas mágicas y hongos junto a Eryx, no levantó la cabeza hasta que oyó que Ron decía: 

—¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca? — Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda. Parecía muy fuera de lugar; con su abrigo de piel de topo. 

—Estaba mirando —dijo con una voz evasiva que les llamó la atención—.¿Y ustedes qué hacen? —De pronto pareció sospechar algo—. No estarán buscando todavía a Nicolás Flamel, ¿no? 

—Oh, lo encontramos hace siglos —dijo Ron con aire grandilocuente—. Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi... 

—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. No puedes ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué les pasa? 

—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte —dijo Harry— sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy... 

—¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Miren, vengan a verme más tarde, no les prometo que les vaya a decir algo, pero no anden por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo les lo he contado...

 —Te vemos más tarde, entonces —dijo Harry. Hagrid se escabulló. 

—¿Qué escondía detrás de la espalda? —dijo Hermione con aire pensativo.—¿Creen que tiene que ver con la Piedra? 

—Voy a ver en qué sección estaba —dijo Ron, cansado de sus trabajos. Regresó un minuto más tarde, con muchos libros en los brazos. Los desparramó sobre la mesa.—¡Dragones! —susurró—. ¡Hagrid estaba buscando cosas sobre dragones! Miren estos dos: Especies de dragones en Gran Bretaña e Irlanda y del huevo al infierno, guía para guardianes de dragones... 

— Cool — Dice Eryx tomando uno de los libros empezando a hojearlo.

—Hagrid siempre quiso tener un dragón, me lo dijo el día que lo conocí —dijo Harry 

—Pero va contra nuestras leyes —dijo Ron—. Criar dragones fue prohibido por la Convención de Magos de 1709, todos lo saben. Era difícil que los muggles no nos detectaran si teníamos dragones en nuestros jardines. De todos modos, no se puede domesticar un dragón, es peligroso. Tendrían que ver las quemaduras que Charlie se hizo con esos dragones salvajes de Rumania. 

—Pero no hay dragones salvajes en Inglaterra, ¿verdad? —preguntó Harry 

—Por supuesto que hay —respondió Ron—. Verdes en Gales y negros en Escocia. Al ministro de Magia le ha costado trabajo silenciar ese asunto, te lo aseguro. Los nuestros tienen que hacerles encantamientos a los muggles que los han visto para que los olviden. 

—Entonces ¿en qué está metido Hagrid? —dijo Hermione. 

— No lo se, pero si tiene un dragón, yo quiero verlo — Dice emocionado Eryx olvidando por completo la mención de la piedra filosofal.




Cuando llamaron a la puerta de la cabaña del guardabosques, una hora más tarde, les sorprendió ver todas las cortinas cerradas. Hagrid preguntó «¿quiénes?» antes de dejarlos entrar, y luego cerró rápidamente la puerta tras ellos. 

Colors - Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora