Capítulo 21: Comienzo del Torneo de Primavera

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Después del tenso encuentro, Karasuno no volvió a toparse con ningún otro equipo contra el que hubiera jugado. E Iwaizumi no volvió a hablar con sus compañeros de manada sobre lo que había pasado en Kitagawa Daiichi.

Kageyama, finalmente, tuvo que ayudar a varios de sus alfas con sus rutinas, lo que fue como estar en celo otra vez, pero con la diferencia de que los aromas alfas fuertes lo intoxicaban, y hacían completamente sumiso.

Cada alfa al que el omega ayudo, estuvo encantado de tenerlo para él solo, durante los tres días que duraba su rutina. Así, antes del comienzo del Torneo de Primavera, Nishinoya, Tanaka, Suga y Daichi no paraban de presumir que su omega era perfecto, que lo amaban completamente, y que no podían esperar a tener su rutina de nuevo.

Kageyama, por otro lado, estaba satisfecho de que sus alfas estuvieran contentos con él, y esperaba que lo mismo pasara con Enoshita, Tsukishima y Asahi cuando también, tuvieran sus rutinas.

Al iniciar el Torneo de Primavera, Kageyama ya sabía lo que tenia que esperar en el estadio. Olores alfas por todos lados, lo que significaba, usar cualquier chaqueta de su equipo que no le perteneciera para cubrir su nariz.

Las cosas comenzaron bien, le ganaron a las dos primeras escuelas a las que se enfrentaron, y en la vuelta a casa de ese día, Hinata olvido su almuerzo en una banca. Kageyama, al notarlo, se ofreció a ir por él, mientras los demás subían sus cosas al autobús.

El omega encontró la lonchera de su beta compañero, pero cuando intentaba volver con su equipo, choco con Terushima Yuuji, capitán de Johzenji.

-Hola lindura. -El alfa saludo con una sonrisa.

-Disculpa, estoy algo apurado. -Kageyama intento huir.

Como él no regresaba, Hinata comenzó a preocuparse, a fin de cuentas, había ido a buscar su caja de bento. Corrió para encontrarlo, y lo vio incómodo, tratando de huir de un alfa.

Inmediatamente se metió en medio, y saco a su compañero omega, empujándolo por la espalda.

-Eso estuvo cerca. -Suspiro el beta, cuando estaban llegando con su equipo. -Lo siento, Kageyama. –

-No fue tu culpa, ese alfa no sabe lo que es un no. -El omega giro los ojos con fastidio, y le dio su caja de almuerzo a Hinata.

Al día siguiente, Karasuno estaba entrando al estadio cuando se topo con el mismo capitán de equipo que le había pedido su número de teléfono a Kageyama.

- ¡Encanto de ojos azules! -Por desgracia, el alfa lo reconoció a la distancia y lo saludo.

Dos segundos después, Tanaka y Nishinoya ya se estaban lanzando sobre el chico. Una omega con la chaqueta de su equipo se interpuso, y ambos alfas quedaron paralizados.

Kageyama corrió hacia ellos, y los jalo de la ropa, para ponerlos detrás de él.

-Como lo siento, son algo sobreprotectores conmigo. -Le dijo a la chica.

- ¡No, no! ¡Yo lo siento! Este idiota no aprende. -Ella respondió.

- ¿Qué tiene de malo querer el número de un omega bonito? -Terushima comentó.

- ¡Cállate! -La chica empujo al alfa. -Lo siento mucho, Omega-san. –

-No, no te preocupes. -Kageyama negó incómodo.

La chica empujo a su equipo dentro del estadio.

-Ese condenado...-Tanaka refunfuño.

-Es suficiente. -Kageyama suspiro. -No deberían haberlo atacado. No me hizo nada. –

- ¡Eres nuestro omega! -Nishinoya exclamo, aferrándose a la cintura de su kohai.

-Eso no tiene nada que ver. -Kageyama replicó. - ¡Daichi-san! –

-Kageyama tiene razón. No ataquen a menos que lo toque. -El líder de manada hablo.

- ¡Tampoco es para tanto! A menos que intenten golpearme o obligarme a algo, no intenten atacar... -Kageyama ordeno, exasperado.

Él ya había hablado con su manada, sobre su forma exagerada de protegerlo, y habían acordado que se limitarían a interferir, solo si él lo quería.

-Será mejor que entremos. -Suga informo.

-Vamos, Kags. Nosotros te custodiamos. -Tanaka y Nishinoya se pusieron a cada lado de su omega y emprendieron la marcha hacia adentro.

"Menos mal que no están sobreprotegiéndome..." Kageyama pensó con sarcasmo.

El partido que jugaban ese día, fue contra el equipo del capitán alfa que lo había molestado, Johzenji. Karasuno ganó, y Tanaka y Nishinoya le gruñeron cuando le guiño un ojo a su omega. 

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