4-Sin pelos en la lengua, nunca mejor dicho

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Abraham te lo lamía como si no hubiera un mañana.

Cerrabas los ojos y gemias como nunca.

Su lengua.. Era mágica.

Hacía círculos con ella..

Hacía como un perro bebiendo de su agua..

Como si fuera lo último que fuera a comer..

Sus dedos llenos de ese lubricante sabor fresa lo hacía todo más rico.

Abraham metía sus dedos no muy fondos, porque los sacaba de inmediato. 

Iba SUUUUUPER rápido.

- Oh, oh, oooooooh, a, a, a, a, Abraham..!

Tartamudeabas.

-Aaaaaaah dios, dios mío.  A, a, a, ABRAHAAAAAM.

Él seguía lamiendo y metiendo y sacando sus dedos mojados, no te hacía caso.

-ABRAHAAAAAAAM.

Gritabas mientras chorreabas...

Mojaditos total (AM&tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora