Hortensias

Mexico contuvo un grito, y es que en ocasiones, le resultaba inevitable emocionarse cuando contemplaba cosas que le gustaban. Aquellas hortensias se veían majestuosas, tan bien cuidadas y resplandecientes; se veían preciosas. Se trataba de un gran tramo de enormes arbustos de hortensia, era una hermosa armonía entre azul y morado, por lo que no dudó en acercarse, casi corriendo, a observarlas.
Se puso en cuclillas y, aún sabiendo que estas flores no poseen un olor característico, le resultó imposible no olerlas. Aspiró con deleite y se sintió agradacido por aquel instante.

Inició una agradable charla con las flores, era algo que tenía por costumbre, pero que probablemente a ojos ajenos resultaría extraño.

En algún momento de su insesante parloteo, alzó el rostro y lo que vió casi le provoca atragantarse con sus palabras: en lo más alto de los arbustos, se veía una variedad de hortensias en las cuales el centro de la flor, poseía destellos en tonalilidades azul que gradualmente pasaban a un color púrpura y, en otras, un hermoso e interesante morado azulado.

Se incorporó e intentó llegar al tallo más cercano, probó ponerse de puntillas fallando en el proceso.
"Tal vez si salto..." pensó. No tenía nada que perder, por lo que en un lapso de desespero y al ser su última opción, se dispuso a dar saltos sintiendose algo bobo.

- Ah, esto me pasa por ser un maldito chaneque... - dijo entre jadeos, se detuvo al notar lo obvio: no llegaría ni de milagro (ni con el airecito de la rosa de Guadalupe).

- ¿Qué está haciendo? -

Aquello lo tómo por sorpresa, y sobresaltandose un poco, volteo hacia donde provenía aquella varonil y gruesa voz. Un chico inmenso, de un metro noventa y tantos según sus cálculos, cabello que casi llegaba a los hombros; sostenido en una media coleta, mandíbula marcada y unos preciosos ojos azul celeste que te quitaban el aliento y te hacían caer a una inmensi... "¡basta!" se reprendió y se obligó a dejar de actuar de aquella forma absurda.

- Sólo quería oler aquellas hortensias - explicó a la vez que señalaba las flores en cuestión.

Bastó el mínimo esfuerzo de aquel chico para llegar a uno de los tallos, lo sostuvo y lo acercó al rostro de México, este un tanto aturdido al principio, olió tímidamente.
No supo si eran aquellas hortensias las que poseían un aroma esplendido o si era el aroma que aquel chico desprendía... o ambas. Sólo sabía que su corazón se sentía cálido y feliz.
Alejó su rostro y miró al extraño.

- ¡Gracias! - sonrio de una forma espléndida, luego, miro su reloj y soltó un largo suspiro - Oh, debo irme. En verdad le agradezco su ayuda, ¡cuidese mucho! - se alejó corriendo. No pudo evitar voltear hacia el extraño y despedirse saltanto y moviendo entusiasta ambos brazos mientras una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.

Después de un momento, siguio su camino y se dirigio hacia una de las salidas del Central Park. Debía estar a tiempo en su hotel, moría de hambre y extrañaba con locura a Paco.
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ACLARACIONES (que nadie pidio pero aquí están)

~Al crear está historia, me inspiré en un video de tiktok visto en facebook. Era sobre una chica que relata cómo al intentar oler una flor, es ayudada por un chico lindo.
Sep, todo bien hermoso, intenté buscar el video para compartirles el link, pero ya no lo encontré.

~Como describí (físicamente) a Rusia, es mi versión de él. ¿Pueden imaginarlo? Yo sí, y muy bien.

~Escogí hortensías ya que son mis flores favoritas, en verdad que son preciosas. Les dejo unas fotos de las hortensias con las que México quedó especificamente enamorado:

~Aunque dije que es un oneshot, en mi cabeza no ha cesado la idea de escribir desde la perspectiva de Rusia. Estoy dándole forma.
Puede que también haga otra historia pequeña, un tipo de continuación de esta.