Ep. 29

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     Cuando el par de enamorados se acercaron a la orilla, Emily y Bob tomaron un par toallas y fueron a cubrirlos para que se secaran.
   —Por poco hacen que llame a los profesores—Dijo la morena, frotando sus manos con los brazos de su amiga—Nos preocupamos mucho.
   —Pasaron muchas cosas, una larga historia de hecho. Pero todo está genial, tenemos lo que buscábamos y un par de cosas.
   —¿Esa es la espada de Eruxaledicta?—Preguntó el chico mirando la mano de la castaña—¿Fueron por esta espada? ¡Estupendo!
   —Cállate, nerd, se van a enfriar si no los secamos. Vengan a la fogata, séquense bien.
   Draco no despegaba su mano de la cintura de ________. No la quería soltar, ahora era para él y solo para él.
   Pero al ver que ella necesitaba cambiarse, no había de otra más que soltarla y que pudiera vestirse cómodamente.
   —¿Quieres chocolate caliente?—Le ofreció Bob, alzando una taza humeante al pelirrubio. Este sólo asintió, tomó su ropa y fue a esconderse tras unos árboles.
   Cuando empezaba a secar su cabello y agitarlo, notó una pierna que sobresalía detrás de un árbol y se extendía una media negra.
   Sonrió.
   Será la mejor bruja sobre cualquier cosa, pero nada negaba que había cosas que aún le faltaban por aprender.
   —¿Cuándo cumples años?—Preguntó, mientras se ajustaba la camisa y lo abotonaba.
   —De hecho… Ahora que hemos pasado de las doce de la noche, diría que antier fue mi cumpleaños.
  Después de contestar, Peverell escuchó un brusco sonido, como si algo se hubiese caído al suelo.
   —¡¿Antier?! ¡¿Y porque no me dijiste nada?!
   —Por que… ¿No preguntaste?
   —¡_________!
   —Esta bien, lo siento. No sé, no me sentiría cómoda diciendo por allí que es mi cumpleaños.
   Draco frotó su frente.
   —¿Cumples diez y siete años?
   —No, de hecho… Ya cumplí diez y ocho.
   —Espera, espera, espera, ¿¿Eres mayor que yo??
   —¿Qué pasa chiquitín? ¿Te gustan mayores?
   —No puedo creerlo.
   Terminó por abrocharse el cinturón y antes de poder agacharse para recoger su chaqueta, un par de brazos rodearon su cintura desde la espalda.
   —Tu solo tienes diez y seis, eso es muy tierno.
   —Cállate.
   —Uy, lo que dices no es muy amable—Sonrió y con lentitud se levantó de puntillas a su oído—Respeta a tus mayores.
   —¿Quieres dejar de hacer eso?
   —Dejar de hacer… ¿Qué?
   —Eso…—Tembló, al sentir las manos de la chica acariciar su pecho y su abdomen—Dios… Pensé que eras menor que yo, eres tan… Pequeña y…
   —¿Y…?
   —Nada.
   —Ay, Draquito, ¿Qué pasa? De repente solo… Te pusiste tenso.
   Lo soltó y camino hasta ponerse frente a él.
   La ignoró por completo, tratando de alcanzar su chaqueta, pero estaba siendo bloqueado y otra vez por las mismas caderas divertidas.
   —Ya basta, déjame agarrar mi abrigo.
   —¿Por…?
   —__________, no es gracioso. Eres mayor que yo, genial, ¿Ahora que? Nadia cambia. Seré siendo superior.
   —Solo de altura—Chilló y se fue corriendo antes de que Malfoy la atrapara.
   —¡Aisht! ¡Esa loca, en serio!

     Peverell se arrimó a Malfoy cuando este se sentó en mismo tronco que ella.
   —Quítate, fea, estoy molesto contigo.
   —Ay no, que triste me siento—Puchereó abrazándolo del brazo, necesitaba de su calorcito.
   Hoffmann le extendió una taza al rubio y éste la recibió, contemplando el calor entre sus manos.
   —Cielos, estoy aquí, temblando como un pobre holgazán que no tiene casa, tomando chocolate caliente a la orilla del lago fuera del rango seguro de Hogwarts donde casi muero arrastrado por unas sirenas solo para cuidar a una tonta en busca de una espada. Dios, ¿Qué más me espera?
   Todos se soltaron a risotadas.
   —Siento que con _________ te llenaras de mas aventuras peligrosas—Mencionó la morena, soplando a su taza.
   —¿Fuiste arrastrado por las sirenas? Viejo, que suerte tuviste—Bob tomó de su chocolate pero segundos después se quemó la lengua.
   —Ni que lo digas, estaba tan nerviosa a que se dejara llevar—_________ le sonrió y nuevamente se recostó sobre su hombro—Pero Draco es muy inteligente y valiente y supo esquivarlas.
   —¿Por qué están tan impresionados por eso? Se supone que me llevan para comerme porque los hombres tenemos mas rica carne, ¿No?
   Bob negó con la cabeza, con una divertida sonrisa y Draco le exigió una respuesta con la mirada, mientras tomaba un trago.
   —Te llevan para fornicar.
   El pelirrubio escupió todo el chocolate y por poco apagaba la fogata.
   —¡¿Qué?!—Se giró a la castaña pero ella se estaba muriendo de la risa.
   —Como evitan a los tritones para no convertirse en impuras, les atraen mucho los humanos machos y pues, en un cierto punto de vista, los violan—Aclaró el pelinegro, dejando su taza en el suelo—Algunos terminan muertos desangrados. Se saben de muy pocos que lograron sobrevivir, pero terminaron sin… Tu sabes.
   —Dios…—Murmuró, tapando su entrepierna, imaginando lo doloroso que sería.
   —Me preguntó si realmente _________ quería protegerte o estaba celosa.
   —¿Yo? ¿Celosa? Que, va. Es obvio que lo quería proteger—Bufó y desvío la mirada, tomando de su tacita, al poco tiempo sintió una mano sobre su cintura.
   —¿Estas segura, fea?—Susurró, sobre su oído.
   ¿Y como le iba a responder que no? Realmente estaba celosa de que muchas hembras rodearan y todavía… ¿Fornicar? ¡Que ni lo pensaran!
   Cerró los ojos y se mordió el labio inferior, soportando la tentación.
   —¿Y más vieron allá abajo?
   Peverell y Malfoy se miraron a los ojos, dedicándose una suave sonrisa cómplice.
   —Nada, solo nos topamos con esas sirenas—Contestó la chica, admirando el fuego.
   —Si…
   La noche empezaba a hacerse cada vez más fría. El viento cepillaba las ramas de los árboles como una campana del llamado para regresar a Hogwarts.
   Los cuatros estaban contentos por hallarse a salvo y completos. Jamás creerían que estarían tan locos para arriesgarse a tal aventura, pero desde entonces muchas cosas sucedieron.
   __________ finalmente aceptó una relación con el rubio, Bob y Emily comenzaron una nueva amistad y Draco sintió que esa noche, algo dentro de él, cambió para siempre y se dio cuenta en el momento en que rió con los chicos mientras contaban chistes y anécdotas de camino al castillo.
   ¿Qué era sensación palpitante en su pecho? ¿Esa sonrisa pintada de colores en su boca?
   Por fin conoció por primera vez, lo que era reír con amigos y aventurarse al riesgo. Sentir el peligro de una noche, con el amor y la amistad.
   Sonrió.
   Mirando a Peverell, quien también lo miraba.
   Contenta de encontrar una solución para él, una salvación, un escape. ¿Lo veía?
   ¿Veía lo hermoso y fácil que era abrir su corazón y dejarse ser él mismo?
   “Gracias” dijo, sin la necesidad de mover sus labios.
   “Sigue así. Estoy orgullosa de ti”.
   Se tomaron de las manos.
   —¡Pequeños monstruos!—Gritó alguien detrás de ellos.
   Todos se congelaron de golpe.
   Ups.
   Filch y la señora Norris los habían descubierto deambulando por los pasillos.
   —¡Corran!—Gritó Draco entre risas, llevándose con él a la castaña—¡Corran!
   Hoffmann y Jones también se tomaron de las manos y salieron corriendo detrás de la otra pareja. Huyendo del velador, escabulléndose entre los pasillos.
   —¡Ya estamos jodidos! ¡¿Por qué corremos?!—Gritó la chica morena, entre risa y risa.
   —¡No lo sabemos!—Contestó Malfoy—¡Solo corran!
   Doblaron la esquina después del comedor y subieron La Gran Escalera casi que corriendo y Filch estaba justo detrás de ellos.
   Fueron hasta el tercer piso de las torres del Este y se escondieron entre dos enormes gárgolas oscurecidas por la sombra y falta de iluminación en el pasillo.
   Filch pasó corriendo, perdiendo de vista totalmente a los estudiantes.
   —Las dejaremos a ustedes primero, Draco y yo nos la arreglaremos para irnos por nuestra cuenta.
   —¿“Nos”? Si te descubren no te salvaré el pellejo.
   —Bueno…—Contestó en la oscuridad total—Al menos si dejemos a las chicas.
   Salieron del hueco en el que estaban.
   —Cielos, chicos—Exclamó Emily, agitando la mano frente a su nariz—Ambos huelen a pescado y sal.
   —Al menos sus perfumes tapan el olor.
   Draco y _________ se olieron a sí mismos. Vaya que olían muy mal, sería mejor regresar cuando antes y darse una buena ducha.
   Bueno, que importa. Últimamente había cosas que no daban tanta vergüenza, era la maravilla de conocer a alguien en su profundidad, al menos eso creía la chica.
   Y estaba vez de verdad caminaron con cuidado de regreso a sus salas.

Hechizo ~ Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora