Prólogo

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Se podía ver a un bell cranel de 19 en un callejón de los mucho de la ciudad de orario mientras él estaba sentado apoyado contra el muro, unos lagrimas rodaban por sus ojos que se podían confundir con las gotas de lluvia que caían en ese momento, pero a bell no le importaba la lluvia a pesar que esta estaba todo mojado y un viento frio lo abrazaba enfriando su cuerpo asiéndolo templar no le importó, solo en ese callejón lloró desahogándose en su llanto que reflejaba el estado de su corazón roto.

Voz: ¿Bell?. -pregunto una voz muy hermosa pues sonaba como la voz que los mismísimos dioses catalogarían como la voz de un angel-

Bell con sus ojos aun llorando por su desgracia vio a una hermosa mujer de cabello dorado al igual que sus ojos de aparentemente 21 años de edad que a deferencia del pasado no traía una ropa con su armadura, en cambio traía un vestido de una pieza de color blanco puro con un abrigo junto a una bufanda alrededor de su cuello, en su mano derecha sostenía un paraguas y en la izquierda sostenía un canasto donde traía unas cosas que el peli-blanco no podía ver.

Bell: ¿Aiz?. -pregunto con voz ronca por estar llorando-

Aiz: ¿Qué te paso bell?. -dijo en un susurró que el peli-blanco escucho pero no respondió-

Bell sintió como el canasto que la rubia traía se le fue entregado confundiéndolo pero al instante siguiente sintió como aiz con su brazo libre lo levantaba como si fuera una simple pluma para ella a pesar que sus brazos eran delgados con una hermosa piel blanca y suave.

Aiz: Te llevaré a mi casa. -dijo sonriendo para intentar animar al peli-blanco que solo la ignoró-

Aiz a la fuerza arrastró al peli-blanco con ella pues bell en varias ocasiones se negó a ir con aiz pero esta se reusó a dejarlo tirado en la callé con la lluvia que cubría a orario en esta noche tan fría, aiz por su parte estaba preocupada por bell pues a diferencia de como siempre lo veía desde que lo conoció siempre sus ojos tenían un brillo que la cautivaba pero ahora sus ojos no tenían ni la mas mínima señal de brillo.

Después de caminar por unos 30 minutos llegaron a una pequeña casa para que 2 o 3 personas vivieran cómodamente, cabe resaltar que a pesar de ser pequeña la casa estaba en perfectas condiciones ya sea en el pintado o estado del lugar parecía prácticamente nueva, esta era la casa que aiz vivía junto a su madre que fue rescatada en su batalla contra el dragon negro, aiz después de que su madre fuera rescatada dejó de vivir en la [Mansión crepúsculo] para estar junto a su madre.

Aiz al estar frente a la puerta de su casa sacó la copia de la llave que era suya pues la otra llave que había le pertenecía a su madre que en estos momentos estaba en el orfanato de la calle dédalo junto a maría, unas vez que aiz entró a su casa activó las [lámparas de piedra magia] de su casa para que esta se iluminara, aiz después de dar la luz arrastró a el peli-blanco hacia adentró de su hogar para cerrar la puerta para posteriormente guiar al peli-blanco a su sala de estar.

Aiz: Pondré a calentar agua para que te bañe, si no vas a resfriar. -dijo para poner madera en una chimenea-

Aiz no era muy experta para hacer fuego haci que uso una daga mágica de fuego para prender la madera para después traer una olla llena con agua que puso a calentar para que el peli-blanco se bañara, a pesar que en su antiguo hogar tenían duchas con agua caliente lista para que uno se bañara a aiz le gustaba su vida por que era igual a cuando su padre estaba vivo.

Bell: Oye aiz, ¿Crees que puedo hacer felices a unas mujeres al mismo tiempo?, o mejor dicho, ¿Valgo la pena para una mujer?.  -pregunto pero al hacer la pregunta mas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos-

Aiz: ¿Por qué me preguntas eso, bell?. -dijo sería pues el peli-blanco tenía un aire sombrío a su alrededor al hacer la pregunta-

Bell: Solo es curiosidad. -dijo sin levantar la mirada pero unas lagrimas corrían aun por sus mejillas-

Danmachi: Bell engañadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora