Capitulo 3

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Al terminar de cenar, ya en mi casa, me dirijo a mi habitación.

Saco el diario de mi mochila, pues lo había llevado conmigo todo el tiempo.

Noto que la sabana que cubre mi cama tiene marcas de zapatos.

Así que me dirijo a la habitación de mi hermano.

Lo encuentro en su cama jugando con su muñeco de batman.

-Te he dicho que no saltes en mi cama con los zapatos puestos - Le reprocho a mi hermano pequeño Jacob.

-Ya lo sé...pero es que es muy divertido -Ya casi toco el techo-

-Podrías lastimarte-

-Podrías lastimarte- me arremeda cambiando su voz a un tono burlesco.

Me doy la vuelta y camino hacia mí habitación sin responderle nada.

Ya en ella cierro la puerta, pues no soy capaz de leer si hay ruido.

Admiraba eso de Abril, el podía leer se un libro aunque tuviera dos parlantes encendidos a cada lado, tal vez estoy exagerando.

Sacudo la sabana y me recuesto en la cama para comenzar la lectura.

***

Abril 8 de 2011

Tengo tanta rabia, que si no fuera porque es ilegal ya hubiera matado a Robert.

El martes cuando llegue del colegio, me encontré a Robert. Por primera vez desde lo de Máximus.

Saludé a mi madre y seguí caminando con dirección a mi habitación. No había dado el primer paso, cuando con su voz impotente me dice:

-¿ Acaso no piensas saludarme ?-

Sólo esas palabras provocaron que toda la sangre de mi cuerpo hirviera.

-No lo pensé ni por un segundo -

-Maldita perra sin educación - ¡¿ De que mierda te sirve ese colegio de porquería que te pago ?!-

-Ese colegio de porquería que me pagas, es gratis, el gobierno lo paga -

Sin más que quisiera decir, sigo con mi labor de ir a mi habitación.

-¡ Aún te falta alguien por saludar !-

Dijo un poco mas enojado que hace rato.

-Sí, pero tú lo mataste el viernes -

Estas palabras sirvieron para que se parara bruscamente de el asiento en el que estaba sentado y me gritara.

-Si hablas de ese chandoso, se lo merecía -.

Si fuera posible juraría que me salia humo de los oídos.

-¡¿ por qué ?! - ¡¿ por qué siempre te traía el periódico y te servía de cojín para poner lo pies ?! -

-¡ si tanto te molesta pues se compra otro y ya ! -

-¡¿ para que puedas matarlo como hiciste con Máximus ?! -

Se abalanzó contra mi y sus manos se encontraron con mi cuello.

-Robert -

Apenas oí la débil voz de mi madre detrás de él.

-¡ No te metas Monica ! - Tiene que aprender a respetarme -

- Si vas a pegarme, espero que me dejes morados, así podre tener pruebas y mandarte a la cárcel de una vez por todas -

Su rostro reflejó un poco de miedo y sus manos se fueron aflojando poco a poco. Se dio media vuelta y volvió al asiento a terminar su comida.

Miro a mi madre mientras me sobo el cuello, que también me mira con cara de tristeza. Y las únicas palabras que me salieron fueron:

-No sé cómo puedes acostarte con alguien como él -

Y sin mas, voy a mi habitación.

Ya en ella, voy a la ventana y veo a Isaac saliendo del baño. Me obligo a mi mismo a cambiar de actitud y le gritó.

-¡ Joder, Isaac cierra las cortinas, cualquier persona podría verte y enterarse de esa vergüenza que tienes entre las piernas !-

Me mira, sonríe y responde.

-Para tu información, los cameruneses me tienen envidia - Además la única persona que puede ver hacia mi ventana, eres tu -

Me río, me río de verdad.

-Oye, ¿ tienes algo que hacer, salimos ?-

Le pregunté

-Abril, hoy es martes, nadie sale un martes -

-Si no quieres, no vayas. Pero saldré contigo o sin ti -

*suspiro*

-Esta bien, ¿ a qué horas ? -

-Ya-

-¿ya?-

-Sí-

Salté por mi ventana y corrí hacia el ante jardín de la casa de Isaac mientras le gritaba.

-Vístete, te estaré esperando afuera -

***

Dejo el libro a un lado, aún no puedo acostumbrarme a este Abril.

Ese día cuando salí, él ya estaba afuera.

Fuimos a caminar a un lugar llamado Verlon Park, donde nos encontramos con unos amigos de Abril y estuvimos hablando de cosas estúpidas hasta que Abril dijo que tenia hambre y entonces fuimos a McDonals por unos helados.

Hablamos un poco mas y al final regresamos como a las ocho.

Pero nunca los sentí raro, osea nunca lo vi de otra forma a la de siempre. Nunca me hubiera imaginado a Abril con esa clase de vida.

Sí sabía de la habilidad de Abril por ocultar las cosas, pues una vez como a los 12 yo había roto el televisor de mi casa con un balón de béisbol y Abril convenció a mis padres de que yo no había sido y lo habían hecho unos niños que jugaban por la cuadra (Que por cierto nos caían mal).

Pero nunca me imaginé que toda su vida por fuera de esa casa, fuera mentira.

figuras en servilletasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora