17. ¿Final o... aún no?

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En la ciudad, no solo se levanta el día, sino también nuestros chicos dispuestos a empezar el día con mucha energía. ¿Y qué mejor para empezar el día que el ejercicio? Aunque, si os soy sincera, algunos saben mejor que otros eso de hacer ejercicio.

Observemos atentamente a Dani, que en vez de hacerlo al despertar, ha preferido hacerlo durante la noche. Y es que, hacer ejercicio acompañado siempre es mucho mejor, ¿o no? Vosotros ya me entendéis.

La resaca de la fiesta solo ha visitado a unos pocos que se atrevieron a beber más ponche del aconsejado. A pesar de ello, el día continúa y parece querer hacerloi con un sol radiante para certificar lo poco que queda de curso.

¿No os da pena que todo acabe tan pronto? A mí demasiada. Y siento comunicaros que estas vacaciones no vais a poder olvidaros tan fácilmente de mí, mis queridos amores. Yo iré allá donde estéis o queráis huir. Es difícil escapar de alguien tan persistente y cotilla como yo.

De todas formas, espero que disfrutéis de cada día de este curso, porque en cuanto todo acabe este año, empezará la verdadera guerra. Y os aseguro de que tanto estrés provocará algún que otro escándalo. Ya sabéis cuánto me gustan, pero de esas me llevo bastante pocas. Es todo bastante predecible en este mundillo, como podéis observar. Exceptuando al que era nuestro chico de acero, ese que siempre tiene secretos, que estoy segura, nos haría sorprendernos más de una vez.

Una vez más, volvemos a los ajetreos y el duro hecho de tener que abandonar las salidas de fin de semana por estudiar largas y aburridas horas asignaturas mientras fuera, el tiempo va cambiando a través de las ventanas. El sol brilla y las caras largas precisamente por ello, no paran de crecer. Pero, ¿quién dijo imposible? Las parejitas principales del año parecen animarse en cada rato libre que encuentran, que suelen ser en los recreos o cambios de clase.

Y entre todas esas parejas, la nueva es la que ocupa un importante hueco en los cotilleos, Raúl y Sara. No podemos negar que hacen una tierna y dulce pareja, pero eso no evita lo extraña que llega a resultar. Todos los que vieron la situación por primera vez, no alcanzaban a comprender cómo había llegado a pasar, a pesar de haber cosas más raras.

Bueno, ¿pero qué sentirán el uno por el otro? Ese es el mayor y más jugoso de los secretos que debemos descubrir. Dadme tiempo. Es cuestión de tiempo que se descubre lo que hay tras tanto teatro. O puede que solo sea amor. Ya conocéis el dicho: en la guerra y en el amor, todo vale.

Dos chicos se ponen a hablar en mitad del pasillo, como si los exámenes finales no existieran. Sara y Carol disfrutan del sol que se cuela por los ventanales del pasillo principal hasta dar en sus rostros.

— Fiesta de fin de curso el sábado en casa de Dani y Helena.

— Estaba esperándolo. Por fin se acabaron los exámenes.

— ¿He escuchado bien, empollona? —Ríe la morena con mucha suavidad y acaba por asentir con la cabeza muy suavemente.— ¿Tú deseando dejar de estudiar e ir a una fiesta?

— Es culpa tuya, que me has malinfluenciado. —Le responde la rubia rápidamente a modo de burla.

— Cierto, pero ha merecido la pena.

Ambas chicas no pueden evitar echarse a reír por la conversación y hacia donde iba deribando poco a poco. Cierto, Sarita, ¿quién te ha visto y quién te ve?

La protesta que intenta formular la rubia se queda únicamente en un leve susurro, al ser interrumpida por otra voz más grave y bastante conocida por las presente. Ellas se giran para mirar al chico, que espera con una sonrisa leve a que la rubia atienda a su llamada. De nuevo, Daniel. Se encuentra apoyado de lado contra la pared, muy cerca de ellas. Tan solo a unos cuantos pasos de distancia. Carol sonríe muy suavemente y asiente.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora