Un Beso en Venecia
Capítulo 1
Frío...
Es lo que recuerda de esos días.
Un frío que traspasaba sus costillas y abrazaba sus pulmones. Un aire fresco y gélido que luego se convertía en una nube blanca al escapar de sus labios.
Un clima perfecto para añorar, y para encontrar nuevos caminos.
Se encontraba ella, con sus labios rojos como cerezas; ansiosos de escribir, de contar algo nuevo.
De vivir lo que escribía.
Y a eso se dedicaba, a escribir. Empezó con columnas para el quehacer doméstico, y escaló hasta grandes novelas cuyos lectores conocían como una realidad cruda con algo de idealismo acerca del romance.
No podía negar que se sentía bien al crear mundos donde ella vivía a su antojo. Pero, dentro de ella, todo lo que escribía venía de una historia; o una que quería que pasara.
Mientras terminaba de alistarse para salir, veía su gran ventanal. Por ahí veía caer cual plumas las últimas hojas de otoño, pintando de rojizo el paraje sombrío de la calle.
Caminaba sin un mayor destino, sólo buscando aire e inspiración.
Para escribir, la imaginación sola no basta. Debes buscar imágenes que te lleven a otro lado, y que manche de colores tu cabeza y con ello hacer una obra de arte.
La mayoría de gente en Venecia estaba atareada; empresarios, costureros, todos corrían detrás de un reloj imaginario que quemaba sus finos zapatos.
Y para Sarah, esa vida no era justa. Aunque te guste mucho una carrera, si no te deja apreciar la vida ni el suelo donde pisas, no es vida.
O bueno, eso pensaba ella en su desasosiego y silencios eternos. Creía en lo relativo de todo, que todo dependía de perspectivas.
Sólo que, a ojos de ella, la vida era muy corta y llena de detalles para estar apresurado.
Y así llegó él, con su propio tiempo, volteando la moneda, y el mundo que lo rodeaba.
ESTÁS LEYENDO
Un Beso en Venecia
RomanceSarah Fitzgerald, una escritora que vive pensando a destiempo, conoce a Adam Lee, un artista de rasgos asiáticos cuyo pasado lo tiene marcado. Juntos van a emprender un camino a través de imágenes, dulces miradas y experiencias agridulces, para ser...