Capítulo XI

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Después de descubrir la identidad del chico, Dante decidió irse de la sala común de Gryffindor y restarle importancia a la conversación que acababa de escuchar y más al apellido del chico, volvió levitando hasta sección de historia de la biblioteca y empezó a repasar los libros.

-Historia del siglo XIXX... XX... ¡moderna! –Dante tomo la versión espectral del libro y empezó a repasar sus páginas –¡Potter aquí esta! "Harry Potter, el niño que vivió y elegido de la profecía que acabaría con el señor tenebroso lord Voldemort" ... así que tenemos un pariente de Harry Potter aquí... Nah... da igual, ni ve va, ni ve viene, tengo cosas más importantes en las que pensar, ahora pasando a un tema más interesante...

Recorrió parte del casillo hasta encontrar lo que parecía una oficina de profesores, recorrió el lugar con la vista y dijo:

-Muy bien, si yo fuera un profesor en una escuela estancada en la época medieval, ¿dónde colocaría los archivos de mis estudiantes?... mmm... –empezando a revisar en algunos de los archiveros, Dante estuvo más o menos tres horas buscando algo que se pareciera mínimamente algo a lo que buscaba –¿podría ser?... Bingo.

Dante no volvió a unir su forma astral con su cuerpo, hasta que amaneció, una vez lo hizo, se estiro para aclararse las ideas, había sido una noche algo interesante, pero lo que más le había llamado la atención era la información que había encontrado en el archivo de la sala de profesores, mientras se colocaba su uniforme, Philip entro en la habitación... espera ¿había salido antes de que Dante se despertara? De pronto se dio cuenta que él era el único en la habitación, apenas lo vio dijo:

- ¡Dante te esperan en la sala común!

-Wow... eso fue rápido.

al terminar de colocarse su uniforme y después de ponerse sus auriculares, salió de la habitación y entro en la sala común, de pronto se dio se dio cuenta que gran parte de la casa estaba reunida alrededor del gran ventanal que daba al lago del castillo, cuando Philip se aclaró la garganta para llamar la atención, todas las miradas se dirigieron a ellos y más específicamente al propio Dante, quién, al ver la situación, dijo con sarcasmo:

-La última vez que me vieron tantas personas de esa manera me dieron una incómoda despedida de Castelobruxo.

-Me disculpo por el ambiente –una voz femenina se escuchó desde detrás del grupo, el cual se hizo a un lado, para revelar a una chica de la misma edad de Dante.

Era hermosa, muy hermosa, largo y sedoso caballo claro, casi rozando el blanco, piel clara y fina, libre de imperfecciones y carente de maquillaje alguno, una boca algo pequeña con finos labios rosados, penetrantes y analíticos ojos de tono esmeralda, un poco más baja que el chico, un cuerpo atlético, pero con un busto algo pronunciado, que incluso la túnica de la escuela no podía ocultar y un porte tan firme y a la vez elegante que hacia parecer que venía de la realeza, a los ojos de Dante parecía una princesa salida de algún cuento del renacimiento, pero había algo que lo mantenía alerta, debajo de esa hermosa apariencia había algo más, algo... frio, que le recordaba a una estampa nevada, bella pero mortal se te descuidabas, esto le advertía que no era bueno tenerla de enemigo, ahora él entendía como llego a donde estaba.

-Un placer por fin conocerte Dante Blake, eres alguien muy escurridizo con quien tratar –mientras hablaba la chica se acercó a Dante y empezó a verlo de pies a cabeza, al mismo tiempo que empezaba a rodearlo, para ver cada centímetro de su ser –casi nunca estas en la sala común y cuando estas, usas los auriculares que cuelgan en tu cuello, en clases te concentras bastante en ellas y entre estas, te encuentras en la biblioteca o desapareces en alguna parte de los terrenos de la escuela, los pocos que te han visto, te han encontrado con pilas de libros –parándose frente al chico, la chica le dirigió una mirada curiosa a los ojos –hablar contigo no es fácil ¿verdad?... me presento soy...

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora