Capítulo XIV

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Al llegar al viernes por la noche, como Howard e Ivy habían aceptado ayudar a Dante este empezó a compartirles algunos de los libros científicos que había traído, el problema que el chico no había pensado era que estos podían llegar a ser muy complicados cuando nunca antes habías estudiado o siquiera visto algo parecido, cosa de la que no se había percatado hasta que Ivy, que estaba leyendo un libro sobre aerodinámica dijo:

-Entonces... ¿los muggles piensan en todo esto para que sus aviones puedan volar?

-Así es –dijo Dante quien en ese momento estaba escribiendo en un pizarrón unas intrincadas fórmulas matemáticas para abordar el tema que se había propuesto.

-Bueno suficiente –dijo Howard cerrando otro libro sobre mecánica de aviones y lanzándolo a través de su escritorio –cuando dijiste que te ayudáramos esperaba algo más como pruebas peligrosas y experimentos que pueden salir muy mal, no el tener que leer libros más complejos que nuestros materiales de estudio.

- ¡Eso es! –exclamo Dante –si tomamos en cuenta el peso y la durabilidad el mejor metal que podemos utilizar es el aluminio, sin embargo, se necesitara reforzar ciertas partes con una aleación de titanio, para evitar el desgaste prematuro, igual que los cazas de ultima generación.

-Y no me está escuchando –dijo Howard –¡¿llevas dos días frente a esa pizarra únicamente para sacar esa conclusión?!

- ¿Qué? No, esa la saque hoy, todo esto –Dante señalo las fórmulas que había colocado en la pizarra –solo eran cálculos para ver si el modelo de motor y el diseño de "escoba" que pensé eran matemáticamente posibles, como lo comprobé ahora podemos empezar a construirlo.

- ¿Hasta ahora? –se quejó Howard –¿Cuánto más vamos a tardar hasta que estemos en el aire?

-El primer avión en construirse tardo cuatro años de experimentos en alzar vuelo y solo estuvo en el aire un minuto, ¿sabes qué significa?

- ¿Que tengo que agradecer el ser mago?

-Que la paciencia es fundamental para eso.

-Hasta tú, tienes que admitir que no hemos sigo tan productivos –dijo Ivy, la cual se había levantado de su asiento y ahora revisaba los múltiples cachivaches que había en la sala.

-Mmm... vale tal vez tengas razón –cedió Dante –pero ahora que lo comprobé, podemos empezar a construir el motor.

-Ah... ¡por fin! Algo interesante –Howard se froto las manos con impaciencia –¿por dónde empezamos?

-Tengan –Dante les entrego una lista a sus amigos –busquen entre todas las cosas que hay aquí, lo de esta lista, si tienen alguna duda pregúntenme.

- ¿Y qué vas a hacer tu? –pregunto Ivy mientras miraba la lista.

-Preparar todo para la parte complicada.

Mientras Ivy y Howard, se encargaron de buscar los objetos de la lista, Dante se puso en medio de toda la sala a dibujar un gran circulo de hechizos que había sacado de uno de los cuadernos de su maestro, a diferencia de los anteriores que había hecho, los símbolos de este eran más cuadrados, más uniformes, como si referenciaran a algo más artificial, en lugar de algo más natural y arcano, desde el punto de vista del chico eran más tediosos, el margen de error de estos, era menor y eso lo fatigaba,

-Muy bien creo que tenemos todo –dijo Ivy mientras ella y Howard dejaban lo que habían encontrado a un lado del circulo de hechizos de Dante.

-Perfecto... yo ya... acabe –Dante termino el ultimo trazo y se levantó del suelo, con la cara llena de sudor y la espalda cansada.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora