Cupido Park (3) ❄️

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El pequeño Cupido luego de juntar a dos parejas el veinticuatro y veinticinco de diciembre, se tomó unos días de descanso, volviendo a arrancar el treinta y uno, el último día del año. Que buen día que eligió para regresar.

Tenía muchas expectativas para ese día, quería hacer bien su trabajo, no podría terminar bien y tranquilo este año si no juntaba a dos personas más, estaba emocionado por ver a quienes uniría.

Como cada despertar, hizo su rutina de levantar a su mejor amigo para que desayunaran juntos, luego tomarse una ducha, colocarse su ropa de trabajo y bajar del cielo hacia el maravilloso mundo de los humanos. Siempre le parecía emocionante el tener que andar volando por esa extraña pero linda creación, realmente le gustaba mucho su empleo.

El ángel creía que por estar en tiempo de festividades la gente estaría feliz, algunos en pareja, otros solteros o solteras, pero manteniendo buenas vibras por el tiempo en el que se encontraban, disfrutando de los últimos días del año junto a personas queridas y deseándose lo mejor por lo que estuviera por venir.

La mayoría de la población se encontraba de ese modo, menos dos chicos que por el ruido que hacían llamaban la atención de todo el que pasara cerca y se preguntara que sucedía entre ellos. Claramente el pequeño y su curiosidad no se atrevieron a continuar y fueron a ver que pasaba. Luego podría seguir en su búsqueda de formar una nueva pareja.

Wong Kunhang y Xiao De Jun, así se llaman los hombres que discutían por quién sabe qué, tenías que estar prestando mucha atención para saber que gritaban. Aunque no sólo eso, también debías saber chino ya que ese es el idioma en el qué se estaban comunicando. Hacían un gran alboroto.

Gracias a su compañero de hogar y mejor amigo Zhong Chenle que justamente es de nacionalidad china, había aprendido el idioma y podría entender que ocurría.

–¿¡HASTA EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO VAS A ESTAR MOLESTANDO WONG KUNHANG!? -gritaba alterado el de menor altura.

–¡NO TE ESTOY MOLESTANDO XIAO DE JUN! ¡SÓLO PASÉ POR TU LADO, NI QUE TE HUBIERA EMPUJADO O ALGO! ¡DEJA DE SER TAN HISTÉRICO! -respondía alterado el otro.

–¿¡A QUIÉN LLAMAS HISTÉRICO, IMBÉCIL!? ¡TU MAMÁ ES LA HISTÉRICA!

El contrario enojado dio un paso más cerca del mayor y siguió levantando la voz:

–¡CON MI MAMÁ NO TE METAS XIAO DE JUN, EL PROBLEMA ES ENTRE NOSOTROS, NO LA NOMBRES A ELLA, IDIOTA!

–¿¡PORQUÉ EH!? ¿¡ME VAS A HACER ALGO, ME VAS A GOLPEAR!? ¡MIRA QUE NO TE TENGO MIEDO!

Jisung miraba y escuchaba la discusión sorprendido: por entender el idioma, eso significaba que había aprendido bien del mayor; y porque daban a entender que se llevaban mal desde hace un tiempo atrás, no creía qué haya sido en ese momento que comenzaron con sus discusiones, no deberían ser tan fuertes en todo caso. Lo peor de todo esto es que no lograba completamente de entender la situación, simplemente comprendía lo que se estaban gritando pero hasta ahí, aún no descifraba que pasaba.

Hendery (cómo le decían sus amigos más cercanos) suspiró e intentó relajarse, por más enojado que se encontrara, él era incapaz de levantarle la mano a otra persona, no se lo perdonaría nunca. Tomó aire, lo soltó y habló luego de algunos segundos en silencio:

–No, no te voy a golpear. -respondió un poco más tranquilo.

–¡ENTONCES SOS VOS EL QUE ME TIENE MIEDO A MÍ! ¡NO TENGO NINGÚN PROBLEMA EN PELEAR CON VOS WONG! -mientras que se ponía en modo ataque levantando los puños pero sin llegar a lanzarlos contra la cara del de cabello rosa.

–La gente nos está mirando, baja un poco la voz. -dijo el menor.

–¡NO! ¡NO QUIERO! -sacando la lengua en forma de burla para intentar hacerlo enojar al otro, parecía un nene pequeño.

El más alto volvió a dar un paso adelante, quedando más cerca del rostro del mayor, dejándolo nervioso.

–¿Q-qué hacés? ¿Por-porqué te acercas tanto? -retrocediendo un poco, con el corazón acelerándose.

–¿Te pongo nervioso chiquito? -decía mientras se seguía acercando lo que el otro iba hacia atrás, sin una gota de nerviosismo. Hasta podría decir que estaba disfrutando ver inquieto al más bajito.

Llegó un momento en él qué Xiaojun ya no pudo avanzar, chocando contra una pared y el azabache colocando sus brazos a los costados, dejándolo sin salida al pobre chico.

A nuestro querido angelito se le prendió la lámparita de la cabeza al verlos en esa posición y se le ocurrió una idea muy descabellada pero que por ser él, funcionaría de todas formas.

¿Y si tirara sus sagradas flechas a estos dos chicos? ¿Estaría bien o no?

La única "persona" que podía contestar esta pregunta en este momento, era él. Y su respuesta es: Sí, lo voy a hacer y va a resultar bien, después de todo soy Cupido Park. -pensaba con una sonrisa y se iba preparando para lo siguiente.

Sin esperar mucho más, y antes de que alguno se fuera o dijera algo, disparó en dirección a los hombres sus encantadoras saetas de enamoramiento.

Sintieron el flechazo del amor.

Cupido Park tenía un poco de miedo. Ninguno se estaba moviendo, sólo se miraban fijamente a los ojos y estaba creyendo que podrían haber caído las flechas en otro lado, hasta que los vio.

¡Se estaban besando! Comenzó a hacer un baile de alegría por lo visto hace tan sólo segundos.

Estaban en su propio mundo de cariño, era muy romántica la escena. Kunhang colocó las manos en la cintura del más bajito y lo atrajo a su cuerpo lentamente, dejando leves caricias en el cuerpo del chico, y el otro le daba mimos suavemente en el pelo. Besándose despacio sin apuro y queriéndose quedar todo lo que restara del mediodía en esa posición.

Al separarse sonrieron avergonzados, no creían que en algún momento de la vida se estarían encontrando en esa situación. Pasaron unos segundos y el de más edad por unos meses, dijo:

–Mmmm... Creo que me debería disculpar. Siempre discutimos por mi culpa, ni yo sé por qué armaba pelea -risita-, lo siento Hen. –mirándolo con sus ojitos brillosos.

–Quizás era porqué tenías sentimientos por mí y envés de hacer las cosas bien y confesarte, querías a toda costa pelearme -éste también riendo-, te voy a perdonar sí... -se acercó a la oreja del otro y le susurró- aceptas salir conmigo. -y lo volvió a mirar a la cara, dándose cuenta que se había sonrojado un poco el más grande.

El otro evadió la mirada del alto pero aún así asintió sonriendo ante la idea.

El de cabello rosa feliz por la aceptación, alejó una de sus manos de la cintura del otro y con esa lo tomó del mentón para chocar sus labios en otro beso que dejó sorprendido al mayor pero intentando corresponder rápidamente.

Park se encontraba satisfecho por el resultado, no era lo que se esperaba pero no se arrepentía.

–Que lindos quedan juntos, hiciste una buena elección. -se decía a él mismo orgulloso.

Así que al ya haber completado su misión de la jornada, era hora de volver a su cómoda casa. Mirándolos por última vez a la nueva pareja que había formado, comenzó a volar en dirección al cielo mientras que pensaba en todo y a la vez nada. Había sido un día extraño pero eso le gustaba. Todavía habrían más oportunidades en el futuro para seguir haciendo lo que más le gusta en el mundo: formar parejas de enamorados, continuaría por mucho tiempo siendo Cupido Park.

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