10✓Conversación con Abdon

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Me sentía tan cómoda, estaba en una superficie bastante acolchada y suave, no quería abrir los ojos, no quería despertar en esta puta realidad, era como si dormir me alejara de todo lo que me estaba pasando, de sentir el rechazo, de sentirme sola; pero tenía que hacerlo, esto es lo que soy, esto es a lo que tengo que enfrentarme, si antes les molestaba mi presencia ahora me odian.

¿Por qué? ¿Por ser sincera?

Lo había sido, Simeón engañó a Ferideh conmigo, yo sabía en lo que me metía, pero él debía fidelidad, él me buscaba, lo peor es que no podía decirle que no, siempre volvía a él, siempre le decía que sí, le estaba aceptando que me usara a su antojo...Obviamente tengo culpa, no debí caer en sus encantos pero... Yo solo quería sentirme amada por una vez, en mi vida nunca sentí amor, nunca me dieron amor, tal vez no se la manera adecuada de conseguir tal cosa, tal vez debería aprender primero a hacerlo... ¿Pero como?

Dejo de pensar y con lentitud abro mis ojos para encontrarme con una habitación desconocida y oscura gracias a la pintura negra que cubre las paredes, recorro la habitación con mis ojos y noto que hay guitarras y varios cables sueltos; me levanto lentamente y abro la ventana, la luz que se cuela por la ventana me deja un poco cegada pero luego puedo notar que estoy en un segundo piso y justo al frente de mi está mi habitación tal como la dejé anoche.

Estoy en la casa de Austin, no necesito ser muy inteligente para saberlo...

¿Qué? ¿Qué mierda hago en la casa de Austin?

Mis manos inconscientemente caen a mis pechos y reviso con detenimiento si toda mi ropa está en su lugar para comprobar si hice algo que no debí anoche, pues no me acuerdo de nada más que haber recostado mi cabeza en el hombro de Austin. Giro hacia la cama y allí no hay nadie así que decido bajar, pongo mis tacones y al pisar se escucha bastante.

Al llegar a la planta baja me encuentro con Austin dormido en el sofá.

Mierda, está dormido boca abajo, no me había dado cuenta de un tatuaje que cubre desde su cuello hasta casi cubrir toda su espalda, su cabello está desordenado y tiene su boca entre abierta.

¿Debería despertarlo para despedirme? ¿Me voy sin más? ¿Qué debería hacer? Es la primera vez que alguien se porta amable conmigo, no tengo idea como responder.

Mierda, estoy en una encrucijada.

Como si Austin sintiera mi mirada se despierta y se levanta rápidamente, tanto que tiene que detenerse un poco para estabilizarse.

—¿Qué estás haciendo?—Su voz ronca y gruesa llena mis oídos.

Lo miro confundida.

—No lo sé—Me encojo de hombros.

—Creo que deberías irte.—Austin pasa sus manos por el cabello y cierra los ojos intentando acostumbrarse a la luz.

Auch.

Empezamos mal el día.

Yo solo asiento y me dirijo hacia la puerta, tomo el pomo y lo giro.

—Gracias—Digo antes de salir y caminar hasta mi casa.

Entrando a mi casa tomo mi dingg y noto que hay bastantes mensajes.

Shit.

Salvador.

¿Dónde estás?

¡Celeste, contesta!

¿Por qué hiciste eso?

El último mensaje fue a las dos de la mañana.

Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora