Pequeños escenarios donde los signos interactúan con los vampiros en distintas situaciones~
● Actualizaciones lentas
● Diabolik Lovers es propiedad de Rejet e Idea Factory
Publicado: 14/04/2019
Finalizado: -
En una noche hermosa, te hallabas en el parque de la ciudad tomando el camino de regreso a casa luego de una fiesta. Te habías acercado a un rosal para recoger una linda rosa blanca, al sacarla notaste que esta tenía una pequeña mancha de sangre, y al alzar la mirada de nuevo, notaste cómo una cabellera blanca conocida se apareció en tu mirada.
— ¿Qué haces aquí? —dijo Subaru, quien evitaba mirarte.
Hacía un par de años que no lo veías, desde que rompieron no sabías de su vida.
— Oye, ¡te hice una pregunta! —dijo él, no podías creer que fuera el mismo después de años, por lo que soltaste la rosa y trataste de irte sin responder, pero él te detuvo tomando tu brazo— O-oye, espera...
Te giraste a mirarlo, él parecía avergonzado, no podías comprenderlo, nunca lo hiciste mientras estuvieron juntos tampoco lo entendiste, siempre era igual...
— Yo... Lo siento...
Su mirada no se dirigía a ti, pues te había abrazado y te había susurrado aquello al oído. Su tacto frío se volvió amable, realmente parecía arrepentido, no solo por lo de ahora, sino de todo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TAURO — Azusa Mukami
Oíste algo raro. Saliendo de la escuela, notaste que de un callejón oscuro, alguien emitía un sonido muy peculiar, como un lamento. Decidiste adentrarte a ver qué sucedía y terminaste topándote con alguien que solías conocer muy bien...
Azusa estaba observando su brazo, había una nueva cicatriz en él. Parecía no fijarse en que te hallabas ahí hasta que lo llamaste por su nombre. Al verte, retrocedió asustado, escondiendo su herida.
— Eve... —dijo mirándote son asombro— Aquí estás...
Te acercaste a él para que te mostrara su brazo pero él no parecía muy contento con tu presencia... Parecía bastante triste...
— Yo... creí que... te habías ido... para siempre...
Confundida, trataste de hablar con él, pero él seguía retrocediendo. Sus ojos se cristalizaban con cada paso que dabas.
— Tú... provocaste esto... —dijo mostrándote la cicatriz de su brazo, al verla te aterró.
Era tu nombre el que estabagrabado en su piel...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
