Era invierno en Francia, y María estaba vestida con su traje azul de invierno, cuando salió del palacio , caminó rápidamente hacia el quiosco del mercado. Ansiosa de que la siguieran, miró hacia atrás varias veces. Escuchó que Lafayette había regresado de su último viaje y estaba emocionada de verlo. Un criado le había traído la noticia de que la estaba esperando. María sabía que estaba estirando los límites de lo que estaba permitido como reina, pero Luis ni siquiera la había visitado ni una vez, o estaba en su taller o en reuniones
Cuando estaba entrando lo vio sentado en una de las mesas, y tuvo que detenerse y recuperar el aliento para no parecer demasiado ansiosa.
-Su majestad, dijo mientras se levantaba para mirarla.
Estaba recién afeitado y obviamente se había bañado antes. Transmitía un agradable aroma
-Puede que haya sido grosero haber solicitando su presencia. En realidad, había querido encontrarla en el momento en que llegue a Francia .Su armadura se había ido y solo su espada todavía estaba en su cadera. Parecía regio, Tenia la misma cara seria de siempre pero con un toque de calidez para mi . Era uno de los confidentes y amigo más cercanos del Rey, y se le dio mucha responsabilidad. María estaba muy orgullosa de él. Quizás un poco demasiado orgulloso, al borde de algo más ... algo prohibido.
-Lafayette, has vuelto, dijo Maria mientras lo saludaba desde la distancia. No quería que los sirvientes supieran lo emocionada que estaba de que él estuviera en casa.
Cortésmente se sentaron con la distancia adecuada entre ellos. Todos sabían que Lafayette tenía una relación cercana con María y que a menudo le traía libros o joyería del extranjero
- Te he traído algunos regalos de mi viaje, habló Lafayette en voz baja. Los entregaré mañana. ¿Como has estado?
La conversación cortés y superficial estaba matando a María. Quería verlo sin sirvientes alrededor. El quiosco del mercado era demasiado público. Aun así, tenían que seguir fingiendo.
Unos minutos más tarde, entraron al quiosco dos nobles señoritas conocidas por tener una lengua muy suelta y afilada a la hora de crear chismes ,se sentaron, Pidieron comida y miraron con interés a Lafayette y María. Hicieron bastante obvio que estaban hablando de ellos, ya que miraban en su dirección y susurraban en lugar de hablar normalmente.
Debería irme, dijo Lafayette, preocupado de que María pudiera meterse en problemas por ser vista con él.
-Cuándo volveré a verte, preguntó María tranquilamente.
-Necesito traerte los regalos mañana. Lafayette parecía preocupado y estaba ansioso por irse debido a las dos señoritas detrás de él.
María intentó pensar en un lugar tranquilo con menos gente.
-Y Si nos encontramos en la linterna después, sería más tranquilo. Ella continuó hablando en voz baja para que esas dos personas no pudieran escucharla.
Lafayette asintió levemente ante su sugerencia y le dio una pequeña sonrisa.
-Fue lindo volver a verla, su majestad.
Viendo su figura alejándose , María tomaba un sorbo de té, fingiendo que no deseaba correr tras él.
Las dos jóvenes se acercaron a María luego de hacer una reverencia, se sentaron sin pedir permiso.
-Disculpe nuestros modales majestad pero ese noble que se acaba de ir era Lord Lafayette?-pregunto una ,la otra con más insolencia y como si no tuviera miedo a que la castigarán pregunto
-Acaso estaba en una cita ,su majestad? .Ocultando su risa burlona tras el abanico
María ni siquiera tenía porque responder ,pero lo hizo ,miro con desprecio a la segunda señorita y respondió a la primera .
-Si, era Lafayette Regresó hace un tiempo. El Rey lo envió al este esta vez
La segunda señorita continuó con su descarado ataque.
-¿Sabe el Rey que se encontraría con Lafayette aquí?
María se volvió hacia la señorita y le dirigió una mirada fría
-Pero que insolencia!! acaso deseas ser arrestada por ofender a la realeza ¡?
Ambas señoritas estaban completamente aterradas, se habían acercado simplemente porque sabían que la reina era alguien dócil que no las castigarían, pero su plan fue para mal, rápidamente se levantaron de la silla y se arrodillaron pidiendo que les perdonara
María dejó su té y se levantó de la silla. No deseaba más hablar con esas insolentes
-Me despido, Que tenga buena tarde .La reina no había dado ni dos pasos cuando las jóvenes ya están levantándose, a María giro de nuevo y dijo
-Quien les dio permiso de levantarse . Aterrorizadas las jóvenes volvieron a su posición anterior, mientras que María reía internamente y se fue.
El aire frío del invierno sopló sobre María cuando salió del quiosco del mercado y regresó hacia Versalles. Desde las sombras del edificio, Lafayette la cuidaba mientras se iba
María y Lafayette habían acordado encontrarse en la linterna cerca del estanque, después de dar los informes diarios al Rey. Todos irían a almorzar, después de la larga jornada , y la zona del estanque estaría tranquila. María se dirigió a toda prisa hacia el estanque . Pudo ver que Lafayette ya estaba allí. María miró a su alrededor para comprobar si había alguien más, pero no vio a nadie. Con una sonrisa en ella se acercaba a toda prisa y en pocos segundos ya estaban uno al lado del otro.
Hola, dijo vacilante y con nostalgia
-Hola, respondió Lafayette, y su hermoso rostro se suavizó.
Ninguno de ellos se atrevió a pasar la línea prohibida de hacer algo inapropiado, pero María pensó para sí misma que estaba tan cerca ... si se moviera un poco podría estar en su abrazo.
Sin actuar según el deseo, caminaron uno al lado del otro por el sendero junto al estanque . El aire invernal era fresco, pero con un toque de primavera que era inminente. Lafayette fue un poco más expresivo ahora que estaban solos, y le contó sobre su viaje al este. Pintó una historia colorida de lo que sucedió mientras viajaba. María escuchó y simplemente disfrutó de la cercanía. Como un aleteo, María sintió que su mano tocaba la suya. Fue solo por un segundo, pero envió electricidad corriendo por su brazo hasta su corazón. Se dijo a sí misma que debió haberlo imaginado. Unos minutos después volvió a sentirlo. Esta vez se sintió más deliberado. Un toque persistente que se convirtió en caricia. María se detuvo y lo miró. Estaban callados y solo se miraban a los ojos. El anhelo desenmascarado era inconfundible. Lafayette deseaba a María tanto como ella lo deseaba a él. Por un segundo, sus dedos se entrelazaron. María se mordió el labio, sabiendo que se dirigían a algo peligroso.
Una joven bellamente vestida miraba a la pareja desde lejos. Estaba escondida por el bosque, pero podía verlos claramente. Era fácil ver que eran María y Lafayette juntos . Si ella pudo verlos, entonces tal vez alguien más también los vería. Con voz angelical empezó a cantar, para que se dieran cuenta de que alguien estaba cerca. Cantó sobre amantes prohibidos que nunca podrían estar juntos
María dio un gran salto hacia atrás tan pronto como escuchó el canto. Su cálida mano se había ido y su corazón latía con fuerza. ¿Y si alguien los hubiera visto? ¿La mandarían a la horca?
-Relájate, escuchó decir a Lafayette.
-Compórtese con normalidad y caminemos de regreso hacia los jardines de Versalles, Estoy seguro de que nadie nos ha visto.
La joven ya caminaba en la otra dirección por el bosque mientras cantaba su melodía. Su voz melodiosa llamaría la atención de cualquiera que estuviera cerca. Los amantes estaban a salvo.
La primavera llegó rápido y el Rey Luis seguía muy ocupado con su nuevo invento . El palacio estaba lleno de actividad, mientras los vasallos se preparaban para viajar a tierras lejanas para comerciar y negociar acuerdos. Lafayette no había recibido ninguna orden del Rey, y esperaba que no lo enviaran este año. La relación secreta entre él y María era todavía frágil, y deseaba estar cerca de ella, aunque fuera a una distancia educada. Verla todos los días lo hacía feliz. Pequeños gestos le hicieron darse cuenta de que ella estaba tan enamorada como el.
Habían acordado reunirse en el Gran Trianón, ya que estaba menos concurrido, que el palacio principal. María trajo consigo a su fiel sirviente, con el pretexto de que iba a dar un paseo .Lafayette ya estaba allí esperándola. Había montado su caballo allí y fingía sorprenderse cuando ella llegó.
Mi señora, se inclinó cortésmente ante ella mientras caminaba hacia él.
Lafayette, respondió ella tratando de no sonreír. Se volvió hacia su sirviente. Puede irse ahora y descansar en el ala de sirvientes del palacio. Lafayette me acompañara en mi paseo
El sirviente se inclinó cortésmente y se fue
-¿Tuviste algún problema para llegar aquí ?, preguntó Lafayette, mientras caminaban por el jardín.
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Un amor prohibido -Lafayette xMaria
FanfictionPuedo estar casada pero mi corazón solo te pertenece a ti ,Lafayette,eres todo lo que necesito (los personajes pueden que tengan cambios de personalidad como la princesa Adelaida en esta novela ella es una persona comprensiva y justa)historia basad...