Day 17: "Jamais vu" One-Shot

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17. Una memoria

TRIGGER WARING: Pañuelos a la mano.

-¿Estás seguro de esto?- La señora frente a él, acabada por la edad invadiendo su cabello y piel, lo miraba con inquietante inseguridad. Jack supuso que se debía a su corta edad para alguien que pedía semejante barbaridad, y un destello de culpabilidad le brotó entre los ojos.

Todo es tu culpa, Jack.

Se recordó, y enroscando sus dedos sobre la palma de sus manos con fuerza suficiente para cortar la sangre y empalidecer, Jack asiente con la cabeza. Elsa lo odiaría, pero al menos estaría viva para hacerlo.

-Espero que seas consiente del precio de lo que pides, muchacho. Sanar por completo a alguien no es nada barato- los destellos de las copas relucientes tras la vieja dama, parecieron titilar como tentativas exclamaciones para que se arrepintiera.

Pero Jack sonrió, desahuciado.

-No me queda otra opción- respondió.

La mañana de dos días atrás no le había despertado ni el más mínimo presentimiento de lo que estaba por acontecer mientras salía con Elsa de su casa. Era su aniversario, y habían planeado un bonito picnic a las orillas de la espuma playera en la costa que tanto amaba la rubia, como si los ojos destellantes de Elsa fueran estrellas al pedirle tal cosa, Jack sin dudarlo asintió a la idea. Entonces esa mañana se subieron al coche y emprendieron camino al que sería, probablemente, su último viaje juntos.

Todo iba de maravilla, Jack conducía, sin mucho entusiasmo por el sol picándole los antebrazos, pero escuchar a Elsa cantar cualquier melodía de la radio lo animaba a seguirle el juego también. Hablaban a menudo, entre verso y verso, de lo que harían una vez llegaran a la playa, planeaban caminar un rato después de comer hasta ver el cielo lleno de estrellas cuando el sol se ausentara, incluso hablaban sobre lo que harían el día después, y la lista de temas habría seguido...

Si Jack hubiese visto el inmenso tráiler que venía en contra de ellos.

Elsa pareció verlo antes, pero lo suficientemente tarde como para que su única reacción fuese envolver el cuerpo de Jack con el suyo, protectoramente, recibiendo todo el impacto.

Lo siguiente que supo distinguir aparte del pitido constante en su cabeza, eran las sirenas rodeándole con luces tan rojas como la misma sangre que los cubrían a Elsa y a él. Los dedos entumecidos aún tocaban los inertes de ella, en medio del granizo de vidrios rotos que había a su alrededor, como esos molestos cúmulos de nieve frente a las puertas en invierno. Había perdido mucha sangre, y estaba débil, no respondió a los llamados de los paramédicos mientras se acercaban porque no encontró su voz y antes de caer inconsciente, notó con terror que la respiración de Elsa, con su cara aún en el hueco de su cuello, era cada vez más débil y acuosa.

Él sólo se había dislocado un hombro y abierto la cabeza, el destino fue tan cruel que lo dejó casi ileso, mientras que Elsa le cobró más alto la factura, mucho más.

Al cabo de una noche estuvo de alta, mientras que a Elsa le pronosticaban lo peor, "Muerte cerebral" le habían informado los doctores un par de horas antes de que él tomara su chaqueta y corriera fuera del hospital con el corazón en la mano y el odio resbalándosele con la bilis. Odio contra todos, consigo mismo, por no prestar atención a la carretera, con el conductor, por imbécil y por quedar ileso.

Caminó y pensó. Pensó en lo que le quedaba a Elsa por vivir, en su sueño de ser una cantante, en su vida como hermana, hija y amiga de una familia perfectamente funcional... en como podría enamorarse de alguien más; Las lágrimas no le daban tregua, deslizadas por la superficie suave de sus mejillas, como borrando y lavando fuera los besos de alguna vez Elsa dejo en ellas, no quería que se fuera, ella no merecía aquel corte tan abrupto en su vida.

Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora