01. Pianista

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Una patada, dos patadas, y estaba pensando seriamente en si soltar una tercera.

Llevó sus manos hasta su cabeza y desordenó con desesperación su flequillo. Bajó sus brazos rendida y suspiró notablemente cansada.

La máquina expendedora se había comido su dinero.

Acercó su rostro hasta el vidrio que la separaba de su fiel amor. El envase de leche de fresas se había quedado atorado en medio camino.

—¡Ahn Seoji! ¡Ahn Seoji!

La pelinegra volteó, reconociendo de inmediato aquella voz que la llamaba, sonrió de manera dulce y levantó su mano mientras la sacudía en forma de saludo al chico que se aproximaba a ella.

—¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó colocándose frente a la muchacha.

Seoji puchereó y apuntó con tristeza la máquina expendedora, suspirando nuevamente.

—Se tragó mi dinero y mi leche de fresas quedó atascada—respondió—. ¡Ya no tengo más dinero! ¡Hyeop, haz algo!

El chico miró con falsa decepción a la chica mientras chasqueaba la lengua, se abrió paso hacia la máquina y, antes de cualquier movimiento, volteó hacia la chica y sonrió de lado.

—Mira y aprende, Jiji.

Se agachó e introdujo su brazo en donde los productos bajaban, al ya tener su hombro rozando la entrada, dio un golpe adentro, midiendo la fuerza que empleó, logrando de este modo que el envase cayera y, por pura suerte, una bolsa de frituras también.

Seoji festejó en su lugar dando un saltito y aplaudiendo rápidamente.

—¡Eres el mejor! ¡Muchas gracias!

La pelinegra juntó sus manos tras su espalda esperando el momento en el que Hyeop se quitara de allí, se balanceó unos segundos hasta que, por obra de los cielos, se dio cuenta del silencio incómodo que se comenzaba a formar entre ambos.

—¿No deberías ya...?

—Seoji...

La chica rápidamente se agachó y comenzó a jalar al chico, sacando toda la fuerza que no sabía que poseía, escuchando al contrario quejarse del dolor mientras su brazo poco a poco salía.

Debido a la fuerza que aplicó, cuando el chico finalmente libró su brazo del interior de la máquina, Seoji cayó de trasero al piso y se escuchó un estruendo en todo el pasillo.

Hyeop se sentó en suelo y comenzó a sobar su brazo, mientras que en su rostro se mantenía una clara expresión de dolor. Ella, por su parte, solo se quedó sentada en su lugar, aguantando las ganas de reír.

Estiró su brazo y de la máquina sacó el envase de leche de fresas y la bolsita de frituras, lanzándole el envase a Seoji, quedándose él con las frituras.

—A lo que nos exponemos los héroes—dijo para después suspirar cansado. Se levantó del suelo, extendiendo su mano desocupada a la chica para que ella se levantara.

—Te quedarás con las frituras como pago—soltó una corta risa logrando que el chico riera igual.

—¿Irás a tu salón ahora?

Seoji negó, centrada en quitar la tapa del envase.

—Caminaré un poco hasta que suene el timbre—dijo con una sonrisa.

—Bueno, me iré ahora. Los chicos me deben de estar esperando—dijo, comenzando a alejarse—¡Nos vemos en la salida!

La chica se despidió alegremente sacudiendo su mano, tomando camino en la dirección contraria del pasillo.

NOSTALGIC PIANO | Cha Junho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora