Fiestas, deseos y éxtasis. Asi es la vida de Red, una stripper de Nueva Orleans quién conocerá a alguien que cambiará su vida por completo. [+18]
✓Primer libro de la saga: Lo cambias todo.
| SINOPSIS en los capítulos |
Está expresamente prohibido co...
El aire fresco de verano golpea nuestros rostros. La noche es hermosa, ni muy fresca ni muy caliente, simplemente perfecta para estar afuera.
Una buena música de fondo y nos dirigimos a la costanera dónde estuve. Fue un lugar que me dio paz y quisiera compartirlo con él.
-¿A la playa? -asiento con la cabeza- ¿Por algo en especial?
-Me transmite tranquilidad, nada más.
-El sentimiento es mutuo-. Me regala una sonrisa que levanta un poco mi ánimo.
Podría decir que mi ánimo luego de la pequeña discusión se apagó.
Cuando llegamos estaciono y le entrego el six pax antes de bajar. Camina a mi lado por la interminable peatonal, respetando mi espacio y mi silencio.
-¿Alguna zona preferida? -pregunta, mientras estira su brazo ofreciéndome una botella.
-¿Qué? -cuestiono bajando de la nube en la que me encuentro de tanto pensar.
-De la playa, digo.
-Ah no, ninguna.
-Entonces podría enseñarte la mía, si te parece.
-Claro.
Bajamos hacía la arena, nos sacamos los zapatos y caminamos hasta su lugar. No es algo muy especial, pero si está demasiado alejado de la vida nocturna de la ciudad.
Nos sentamos y bebemos nuestras cervezas, mientras escuchamos cómo el agua golpea en los pequeños muelles cercanos, y cómo las olas se rompen unas sobre otras.
-Hoy estás más callada de lo habitual-. Intenta descifrar lo que me sucede, pero sin invadir mucho mi privacidad.
Miramos al horizonte, ninguno de los dos voltea.
-Sí, creo que sí. Creo que me afectó bastante una pequeña discusión con una amiga -agrego en forma de compensar su interés.
-¿Y rebobinas toda la pelea para entender lo que te dijo?
-Sí -volteo sorprendida- ¿Cómo carajos supiste?
-Adivine.
-Pero ¿cómo?
-Es mentira. No adivine, sólo te dije lo que yo hago siempre.
-No soy la única rara entonces-. Nos reímos juntos.
Él vuelve a mirar al horizonte, y yo, disimuladamente, me quedo observándolo por unos minutos. Sus tatuajes llaman mi atención. Siempre fui fanática de ellos, me encanta observarlos detenidamente, intentar descifrar sus formas y significados.
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-Si sirve de algo, siempre decimos cosas hirientes cuando estamos enojados. De seguro no quiso, o no quisiste herirla a propósito.
-Lo sé, sólo que me sorprende la forma en la que me afectó-. Asiente con la cabeza.
