Capítulo 1.00

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Autora: Haribo

Adaptación by: Frxcxs

***

El cuerpo del menor impactó contra el suelo en un intento de querer escapar.

— N-No, ya basta, por favor... —su voz sonaba completamente quebrada y de sus bellos ojos azules no paraban de salir lágrimas.

Aquel sitio era inundado por las risas de quienes tenía en frente el azabache opacando sus ya casi inaudibles sollozos.
Las palabras de auxilio habían quedado atrapadas en su garganta sintiendo la verdadera desesperación y el miedo en carne propia.

— Ya cállate, siquiera hemos empezado —dijo un castaño de mirada oscura burlándose del sufrimiento contrario— Y es cierto, ¿ya podemos iniciar? —preguntó mirando hacia una esquina de la habitación. Aquella persona, aquella mirada acompañada de una expresión vacía, jamás podría olvidarlas.

Simplemente ya no podía hacer nada...

El grupo de personas salió sin sentir culpa luego de acabar con su cometido.
Encontrándose en terrible estado físico, con dificultad, el menor logró ponerse de pie llevando sus pasos cansados hasta el último piso del lugar.

Colocándose sobre el delegado muro que lo separaba de su destino, pelinegro miró hacia abajo con una mirada apaga y sin vida.
Antes de comenzar con un llanto más desgarrador, dejó caer su cuerpo cerrando con suavidad sus ojos.

Ya no deseo vivir.

El castaño se levantó con una respiración agitada sintiendo como las gotas de sudor resbalan por su frente.

—¿Pero qué mierda fue eso?—colocó una mano sobre su cabeza completamente aturdido por aquel sueño.

Tomando con torpeza su celular de la pequeña mesa de noche a su lado, prendió este frunciendo el ceño ante la molesta luz del aparato logrando de igual forma ver la hora marcada en la pantalla.

6:00 a.m

—¡Ya es tarde!—salió de su hogar ya cambiado cerrando la puerta y bajando a toda velocidad las escaleras fuera de su edificio.

Dieciocho años. Dieciocho años eran los que JeonGuk vivía de esa manera así de miserable. Su madre lo había abandonado sin remordimiento alguno dejándolo con su padre alguien con problemas de alcoholismo quien también se fué un tiempo después dejando al pequeño niño de ese entonces en completa soledad.

El castaño saludó cordialmente entrando a su centro de trabajo colocándose detrás del mostrador que había dentro de la pequeña tienda.

Tras ese terrible episodio de su niñez, no se dió tiempo -siquiera para poder llorar- ya que tuvo que trabajar arduamente para poder pagar la renta de su vivienda y las cuentas con las que también lo habían dejado su padres.

—Visitenos—dijo ahora detrás de un disfraz de oso repartiendo volantes.

Siempre se encontraba ocupado con el trabajo para poder seguir viviendo –no tan lujosamente que digamos– como lo había hecho hasta ahora.

—¿Algo más?—le preguntó a la pareja frente a él sentada en una de las mesas de aquel lujoso restaurante.

También tuvo que aprender a defenderse al encontrarse establecido en un barrio tan peligroso.

— Ya, es todo por hoy —dijo con la respiración agitada quitándose el casco y los guantes de boxeo.

— Debo admitir que has mejorado mucho JeonGuk —le dijo su compañero repitiendo su acción— Recuerdo que al llegar aquí eras un tipo que, a pesar de ser golpeado una y otra vez, seguías poniéndote de pie —rió el peligris— Aquí tienes la paga de hoy —le entregó un sobre— ¿No piensas en entrenar de verdad?¿Cómo un boxeador profesional?

—En realidad no—admitió recibiendo lo entregado.

—Es una pena, chico fuertes como tú no se ven todos los días —volvió a reír a lo que el menor imitó el gesto.

—Adiós—se despidió cordialmente retirándose del lugar.

En poco tiempo lograría cubrir todas su deudas las cuales habían durado por tanto tiempo. El joven estaba pensando en qué haría después.
Probablemente pagaría unas clases privadas para aprender todo lo que le falto y de esa manera conseguir una carrera.

Esa idea no estaría nada mal.

Sin embargo; el ruido de la bocina de un camión sacó al castaño de sus pensamientos y al mirar hacia su lado izquierdo se encontró con la parte delantera de este.

Claro, después de todo mi mierdosa vida no podía tener ninguna esperanza de cambiar.

Pero aún así...

— Deseo seguir viviendo.


***


Los ojos de JeonGuk se abrieron lentamente parpadeando varias veces viendo su alrededor un poco borroso aún.

L

as paredes blancas y aquel peculiar olor a farmacéuticos guiaron al menor para saber en dónde se encontraba. Un hospital.


Teniendo dificultad para levantarse, solo logró quedar sentado sobre la camilla aún completamente desconcertado.

Dirigiendo su mirada al rededor, su rostro pudo dar con un pequeño espejo en aquel cuarto.

Este rostro...


Pareciendo como si el dolor de sus músculos hubiese abandonado su cuerpo, quitó con torpeza los pequeños tubos conectados a su brazo.

Quedando parado esta vez más cerca de su reflejo, no pudo evitar llevar sus manos hasta su rostro.

Esto no podía ser posible, simplemente no podía ser real.

El reflejo no había cambiado, este era del mismo chico con el que había soñado esta mañana.

Volviendo a sentir la desestabilidad en sus piernas tomó asiento nuevamente viendo ridículamente irreal la situación en la que se encontraba.

¿Qué podía hacer?

— ¿JungKook? —se escuchó una voz femenina tras la puerta de la habitación.


¿Seguir la corriente era una opción?

***

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2021 ⏰

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