El camino no fue tan largo, 15 minutos pasaron y ya nos encontrabamos en el parque de diversiones. Me parecía muy genial, hacía mucho tiempo no iba a uno, y siempre me han dicho que en este país estban los mejores parques. Desde afuera podía ver la enorme montaña rusa. Tragué saliva al solo pensar subirme en ese camino hacia la muerte. Rafael compró las entradas, por mas que me ofrecí a comprar la mía, no aceptó. Solo decía que el pagaría todo.
Entramos al parque y en seguida el me agarró por el brazo y me arrastró hacia la montaña rusa.
-Ni lo pienses. -Dije deteniendome.
-Por qué no?
-No voy a subirme ahí. -Dije firme.
-Acaso te asusta? -Preguntó divertido
-Claro que no! Solo... No me subiré ahí y punto.
-Porfa Enma... Te compraré un regalo si subes.
-Qué tipo de regalo? -Sonrió victorioso.
-Lo sabrás cuando lo compre.
-Bueno, vale! Pero solo una vez, y no le cuentes a nadie sobre mi miedo. -Le señalé y lo miré a los ojos.
-No lo haré.
Hicimos la fila para subir, y cuando llegó nuestro turno me giré y lo miré aterrado.
-Me prometes que no moriré?
-Te lo prometo. Además estarás conmigo, no dejaré que nada te pase.
Se acercó a mi para abrazarme, y esta vez no me alejé, simplemente, lo abracé igual. No pude evitar sonreir. Se separó de mi y subimos al juego. Al principio era lento, pero luego iba aumentando la velocidad. Estaba que moria del miedo, así que agarré la mano de Rafa y el apretó la mía. Gritaba como loco y Rafael solo se reía de mi. Queria pegarle, pero estaba muy ocupado tratando de no morir. Finalmente la montaña se detubo y nos bajamos.
-Nunca en mi vida volveré a subirme en uno de esos. Casi muero! -El solo reia a carcajadas.
-No fue para tanto. -Dijo conteniendo lass risas
-Si claro! -Intenté pegarle pero el fue mas rapido y me agarro el brazo y me pegó a el. Esto se esta convirtiendo en una costumbre para el.
-Deberiamos ir a otro juego. -Dije nervioso.
Subimos en muchas atracciones, ya estaba muy cansado. Se estaba haciendo de noche y era hora de irnos.
-Crees que esta salida termina aqui? -Me preguntó
-Ah no?
-Falta la cena!
-Qué?
-Iremos a un restaurant italiano que conozco.
-Italiano? -Pregunté emocionado
-Si, me enteré que la comida italiana es tu favorita. -Sus labios se curvaron en una sonrisa.
-Así es.
Subimos a su auto y en poco tiempo Rafael se estciono cerca de la puerta de un gran restaurante y salimos del auto. Entramos y nos sentamos en la mesa que nos indicó la chica que supongo trabaja ahí. Era un restaurante muy elegante, y se notaba que era costoso.
-Rafa, veo que este sitio es muy elegante y supongo que caro. Yo estaría bien en cualquier otro lugar.
-Ya te dije que no te preocuparas por el dinero. -Me guiñó el ojo.
Un chico con uniforme del restaurante se acerco a nuestra mesa.
-Ya saben que ordenar? -Preguntó el chico. Era joven y guapo, pero no paraba de mirar a Rafael.
-Pasta, para ambos. -Dijo Rafael
-Algo mas? -Le sonrió
-No, nada mas, gracias. -Dije de mala gana.
El chico me miró con una de sus cejas levantadas y se fue. Giré mi mirada hacia Rafael, quien me miraba con una sonrisa.
-Celoso, Enma? -Soltó una carcajada.
-Yo? Celoso de ti? No para nada. -Bufé
-Si, claro!
Al pasar varios minutos nuestra pasta llegó. Me dispuse a comer, mientras hablaba de cualquier tema con Rafael, el me contaba historias de cuando era pequeño. Pero la que mas me llamó la atención fue, la muerte de su madre, hace tres años. No pude evitar que los ojos se me llenaran de lagrimas al recordar a mi padre.
Terminamos de cenar y nos dispusimos a salir del restaurante, el se ofreció a llevarme a mi casa, y acepté. En el camino ibamos riendonos, cantando, hablando. Este día fue increible. Y todo gracias a Rafael.
Llegamos a mi casa, y aun en el auto Rafael me agarró el rostro y solo pude sentir sus labios contra los mios. No tuve tiempo ni de asimilar lo que estaba pasando. Él me estaba besando, y sus labios eran tan suave. Mis labios comenzaron a moverse al ritmo de los de Rafael, pude sentir su lengua tocar mis labios y abrí mi boca para que nuestas lenguas se encontraran. Una de mis manos fue a parar a su cuello y lo atraje hacia mi.
La imagen del rostro de mi padre en mi cabeza hizo que me separara de él. Lo miré con lagrimas en los ojos. El notó mi reacción.
-Pasa algo, Enma? -Preguntó y una de sus manos agarró la mia. La cual quité de inmediato.
-No, no pasa nada. -Solo dije eso y salí corriendo del auto, entrando lo mas rapido posible a la casa. Las lagrimas bajaban por mi rostro, ¿Acaso estoy rompiendo mi promesa?
Subí a mi habitación y me tiré en la cama. Habia sido un largo dia y necesitaba descansar.
(...)
-Rafael. -Decía una voz. -Despierta Rafael.
Abrí mis ojos lentamente y me encontraba en un lugar que desconozco. Parecía un jardin, pero uno gigante. Giré mi cara a mi derecha al sentir la mano de alguien acariciando mi rostro. Me quedé paralizado al verle el rostro. Era él, mi padre. No podía creerlo.
-Pa... Papá? -Me sente y no pude evitar llorar. Me acerque a el y lo abrace.
-Enmanuel, no tengo mucho tiempo. Solo vengo a decirte que no tienes que preocuparte por enamorarte de nuevo. Es algo normal que tengamos que sufrir algunas veces. No quiero que por culpa de esa estupida promesa te conviertas en una persona sin sentimientos totalmente. Se cuanto amaste a Franco y todo el daño que te hizo, pero no por eso vas a rechazar a Rafael. A ver... Que culpa tiene Rafael de lo que te paso en España? -Solo negué con la cabeza- Solo no olvides que sin amor, la vida no es nada.
Podía ver como la imagen de mi padre desaparecía, lo busque por todos lados pero ya se había ido. Y todo lo que dijo me dejó pensando.
(...)
Abrí mis ojos y estaba sudado, sentia escalofrios al pensar lo que habia pasado en ese sueño. ''Es algo normal que tengamos que sufrir algunas veces.'' ''A ver... Que culpa tiene Rafael de lo que te paso en España?'' Las palabras de mi padre rondaban en mi cabeza una y otra vez.
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Scream (Gay)
RomancePrologo: Que pasa cuando todo a tu alrededor se derrumba? Cuando tienes que marcharte de tu ciudad para poder olvidar tu pasado? Pero, tienes tanto dolor en tu corazón, que no puedes dejarlo atrás. Sentías tanto y ahora sientes nada. Dabas todo y re...