── Besitos ┃ Sungtaro - Shochan.

✧- ◦ ◦ｃｉｎｃｏ.

Sungchan se sintió realmente triste cuando al siguiente año en su escuela no vio a Shotaro, ni en su salón ni en otro, simplemente el mayor se había ido y él no tenía forma de comunicarse.

Sungchan se entristeció pero recibió mucho amor de parte de su padre y de sus amigos, pero él sólo quería volver a ser el único chico que recibía abrazos de Shotaro cada día.

Los días pasaban y el puchero que Sungchan mantenía en sus labios parecía no irse, cada minuto andaba distraído jugando con su lápiz y observando atentamente el pupitre en la fila de enfrente donde Shotaro solía sentarse. En su mochila cada día llevaba la sopa de letras que el mayor le obsequió puesto a que ese día no terminaron de completar todas las palabras por el pequeño almuerzo que organizaban los directores antes de la salida y ese año quiso demostrarle que había acabado solito, pero Shotaro jamás volvía.

San Valentín pasó y él recibió algunas que otras cartas por parte de sus compañeros pero él evitaba leer todas, él sólo quería meter en su cajita de recuerdos las cartas que Shotaro le hacía cada año diciéndole lo mucho que lo quería, pero ese año fue distinto, su caja de recuerdos se cerró con llaves y dejó de meter cosas allí, sintiéndose enojado y triste porque su hyung no le avisó nada de eso.

Día del niño pasó y fue la misma historia, pero él sí se ánimo a jugar con otra persona los juegos que solía jugar con Shotaro, porque quería pensar que su vida no cambió drásticamente tras la mudanza de su hyung a Estados Unidos.

Su cumpleaños. La fecha más importante para él, fue lo mismo, ni siquiera por Kakao Talk o Instagram había encontrado una señal de la madre del japonés, ya que Shotaro no tenía teléfono, pero recordó que el chico le había dicho que su madre y las aplicaciones no van muy bien juntas, eso sólo fue un golpe más duro para él porque luego de acordarse de ello comenzó a recordar muchos más momentos que su corazón había atesorado tanto como él lo hacía con los obsequios y palabras de Shotaro. Ese día en el cual cumplió la misma edad que su hyung tenía la pasó realmente mal, evitando asistir a su propia fiesta de cumpleaños porque estaba dolido de no ver a su pequeño amigo allí.

Los primeros meses lloró como si de la muerte de su animalito favorito se tratase, pero cuando el año comenzaba a acabarse y Halloween se acercaba decidió dejar de pensar en eso al menos por un día. Salió a recorrer por ahí con sus amigos pero jamás fue lo mismo; las cabinas de fotos tenían filtros aburridos si no estaba Shotaro, las casas embrujadas lo asustaban más porque Shotaro no estaba allí para protegerlo y los dulces eran demasiados si su amigo no los comía junto a él sentados debajo de su árbol viendo el cielo ser iluminado por luces que discotecas ponían por las inmensas fiestas de los adolescentes.

Y en navidad sintió la pérdida de su mejor amigo peor, él había dicho que estaría junto a él toda la vida pero a los pocos meses sus palabras sólo fueron falsas mentiras, Shotaro seguía vivo en cualquier lugar de Estados Unidos pero él estaba seguro de que jamás volverían a verse.

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Sungchan paseaba por las dura nieve con sus pequeñas botas que le habían regalado. Su cabeza estaba agachada mientras veía como la superficie debajo de sus pies se hundía. Él nunca pasó navidades con Shotaro ni mucho menos salía a pasear con él pero llegó a un punto donde pasados ya 12 meses seguía extrañandolo con fuerza, comparando sus días aburridos con las clases emocionantes y divertidas que pasaba con Shotaro en la escuela, porque en otro lugar jamás se veían.

Shotaro había vuelto a ser su mayor el pasado noviembre pero ni siquiera pudo presumirle que por un mes entero tuvieron la misma edad, ni a él ni a sus padres.