- ¿Segura que puedes ir a la oficina? –Pregunta Amanda, sirviéndole más café.
- Sí, tengo que hacerlo, voy a cerrar un buen trato con la gente de Escocia –comenta Alexa, para luego morder una tostada.
- ¿No lo notarán? –Alexa ríe como respuesta.
- No creo, ¿no huelo mal? –Amanda se acerca y niega–, Nadie lo notará, estarán enfocados en mi buen discurso –ambas ríen.
- No puedo creer que el taxi te dejara a dos cuadras de aquí –Amanda cambia de tema y Alexa ríe.
- Vomite su auto, debiste ver la cara del pobre hombre, me odió –inventa, intentando que parezca real y Amanda le cree.
- Anoche te lo pregunté, pero estabas muy cansada y te quedaste dormida... ¿pasó algo en la gala? Por la ropa y todo eso...
- Sí, me encontré con Daven y las cosas se volvieron demasiado incómodas, dijo un par de cosas hirientes y salí directo a la casa de David –miente–, derramé algo de salsa en el vestido y me prestó su pijama, creyó que me quedaría ahí con él, pero no quiso dejarme tomar y... el resto es historia –inventa y Amanda asiente, obligándose a creerle.
- Me alegra que las cosas hayan mejorado con David –comenta.
- Aún está decepcionado de mí, pero ya lo conoces, es demasiado bueno y no pudo dejarme hecha un mar de lágrimas, tirada en la puerta de su apartamento –sigue inventando.
- Es bueno, tienes suerte –Alexa asiente.
- Sí, quiero hacer las cosas bien y recuperarlo, estoy harta de perder buenas personas por mis estupideces –dice mientras camina a dejar su taza en el lavaplatos.
- Ven, te ayudo con el maquillaje –Amanda la toma de la mano y tira de ella hasta la habitación.
Ambas llegan sonrientes hasta la puerta del elevador y se despiden para ir a diferentes áreas de la empresa, Alexa camina hasta su oficina y ve a Fred a lo lejos, tan apurado como siempre, teniendo todo listo para ella.
- Buenos días, Fred –le saluda.
- Señorita, buenos días –responde él, caminando tras ella hasta el interior de la oficina.
- ¿La sala de juntas está lista? –Se interesa Alexa, faltan 30 minutos para la reunión y lo quiere todo perfecto.
- Sobre eso –gira nerviosa a ver a su asistente–, llamaron los señores...
- No...
- Su vuelo se retrasó –Alexa respira aliviada, por un segundo creyó que también había perdido el negocio.
- No todo está perdido para la empresa, entonces –sonríe a Fred y él le sonríe de vuelta.
- Pidieron postergar la reunión hasta pasado mañana –agrega el muchacho y Alexa asiente.
- Confírmalo –pide– ¿qué te parece si reservamos en algún lugar bonito? –Fred la mira confundido y cuando nota que habla en serio, se pone nervioso.
- Señorita, no podemos permitírnoslo –responde, esperando que lo saque a gritos del lugar.
- Ah, Fred –suspira Alexa–, extraño tanto cuando podíamos hacer negocios en los jates de papá, llevar a los clientes a una isla privada –Fred asiente.
- Lo siento mucho –comenta.
- Yo también, Fred, yo también... si tan solo pudiera volver el tiempo –el muchacho sonríe.
- Ya vendrán tiempos mejores, recuerde, no todo está perdido –le dice Fred, con esa simpatía que le caracteriza.
- Para la empresa, no todo está perdido para la empresa –completa Alexa, mientras lo ve cerrar la puerta al salir.
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¿Quién es el jefe?
Storie d'amoreAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...