Capítulo 6

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Los chicos salieron a paso rápido de la tienda para dirigirse al ascensor y bajar hasta el estacionamiento.

Tenían la mirada de todo el mundo puesta en ellos, pero no tuvieron opción.

Tuvieron que salir apenas en bóxer de la tienda para cumplir el reto, agradecieron que el ascensor estuviera desocupado a la hora de haber entrado, pero la dicha no les duró.

Se abrió justo dos pisos antes del estacionamiento, dejando ver a dos chicas de unos veinte años con un montón de bolsas de tiendas de ropa. Ellas se les quedaron mirando con deseo, no había que negarlo, los dos chicos eran hermosos y tendrían a cualquiera a sus pies.

Para su mala suerte uno era gay y el otro bisexual, pero este ultimo ya tenía un interés creciente por otro chico.

Trataron de coquetearles e insinuárseles queriendo conseguir, como mínimo, el numero de ambos. Sin embargo, a penas el ascensor se abrió en el estacionamiento los dos chicos salieron corriendo hacia la motocicleta, perdiéndose de la vista de las chicas.

Al llegar se miraron sorprendidos, pues su ropa y sus maletas estaban ahí al lado de la moto.

Todo estaba planeado, pero ¿por quién?

Nadie los conocía y sería poco probable que supieran exactamente que reto tenían que hacer para quitarles las cosas, muy raro todo.

Se vistieron y subieron a la moto para dirigirse al hotel donde se quedarían mientras estuvieran en la ciudad, y no iba a ser poco tiempo.

A medio camino a Erick le llegó una notificación del juego, un nuevo reto.

Gana 100 dólares por hacerte un recuerdito para toda la vida

El pelinegro maldijo internamente, no estaba en sus planes hacerse un tatuaje y muchísimo menos compartir uno con otra persona

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El pelinegro maldijo internamente, no estaba en sus planes hacerse un tatuaje y muchísimo menos compartir uno con otra persona.

Normalmente al hacer eso la gente se arrepentía toda su vida y él no quería eso.

-hey Chris, puedes parar un momento?

El nombrado dirigió la moto hasta una estación de gasolina que estaba cerca y se bajó- ¿qué sucede?

-no te llegó la notificación?

-niño voy manejando una moto a alta velocidad, no puedo estar pendiente al celular- giró los ojos divertido mientras sacaba su celular- no tengo ninguna notificación

-pues mira entonces- le enseño la pantalla de su celular- no me gusta la idea

-por qué no?

-uno me va a doler demasiado, dos no tenía planeado tatuarme por ahora y tres no quiero compartir un tatuaje contigo

-me ofendes, cualquiera en tu lugar aprovecharía, no todos tienen el privilegio de compartir un tatuaje con Christopher Vélez

-deja tu ego de lado, gracias...yo no soy cualquiera, soy Erick y no me nace compartir algo de por vida contigo. Además te lo repito, me va a doler

-duele al principio, luego te vas acostumbrando

-como me lo puedes asegurar?

-no te fijas en los detalles Erick- se levantó las mangas de su chaqueta mostrándole todos los tatuajes que tenía solo en los brazos

Él abrió los ojos impresionado- ¿Cuántos tatuajes tienes?

-por ahí unos 12 en los brazos, diría que 20 en total con los demás

Erick se impresionó el doble y pegó un grito- ¡¿VEINTE?!

-hey cálmate, no es para tanto. Súbete y acabamos rápido con esto

No dijo nada y simplemente obedeció.

Llegaron a la tienda buscando a un tatuador libre, por suerte (no para Erick) lo encontraron, no se iban a hacer un tatuaje tan grande, pues si peleaban o algo por el estilo el recuerdo en su piel no los atormentaría tanto.

Christopher fue el que escogió el diseño, eran dos coronas pequeñas, bonitas y sencillas. Erick lo aceptó y fue el primero en pasar.

-donde lo quieres?

-aquí- señaló Christopher por detrás de su oreja por la mitad de su cuello

-qué? -replicó Erick

-que pretendías, tatuarte y que no se vea?

-yo...-no tenía argumentos contra esa lógica

Christopher se acercó y se sentó a su lado- tranquilo, toma mi mano y apriétala cada que te duela sí? -le extendió su mano

Él suspiró- está bien- tomó la mano de Chris y se acomodó para que el hombre empezara con su trabajo

Nerve || ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora