Ya era la hora de la cena, Michael le dijo a Martha que pusiera un plato más, porque Debbie cenaría con nosotros. Ayudé a Martha como siempre lo hago, le diré a Michael que haga un aumento.
Debbie se sentó al lado de Michael; yo al frente de ella; Will, a mi lado y Martha al lado de Debbie.
Fue la cena más bullera que he tenido en toda mi vida, ella no paraba de hablar de aquel viaje que hizo, el único interesado era Michael.
Ya era un poco tarde y Debbie seguía en la casa.- ¿Acaso ella no tiene una casa? - dije en voz baja.
- Algunas veces se queda a dormir - respondió Martha.
- Lo bueno es que esta casa tiene más de 100 habitaciones - sonreí.
- Eso es lo bueno - imitó mi gesto.
- Es malo espiar a las personas - dijo una voz.
- Lo aprendí del mejor - apreté la mejilla de Will.
- Ouch - se quejó - dentro de unos minutos iré a dejar a Debbie en su casa.
- No dormirá aquí - dijo Martha.
Acompañé a Martha a la habitación de Michael, tenía que cambiar las sábanas de su habitación. Después de eso ella se fue y me dejó sola.
Su habitación era más grande que la mía, su cama era enorme. Me acosté sobre esta y era demasiado cómoda, se sentía como las nubes, fui a su closet y cuando la abrí pude ver cientos de camisas, pantalones, sombreros y mocasines. En el otro compartimiento tenía los sacos que usó en cada premiación.- Es divino - lo toqué.
- Lo usé la misma noche que gané 8 grammys - estaba acostado sobre el marco de la puerta.
- No debo de estar aquí - me dirigí con dirección a la puerta.
- No saldrás de aquí - cerró la puerta y se puso delante de esta.
- ¿Qué haces? - lo mire extrañada.
- Interrumpir tu huida - sonrió.
- Deja de jugar y sal de la puerta - dije seria.
- No lo haré - sonrió.
- No me hagas perder la paciencia - cerré los ojos y suspiré.
- No lo haré - seguía ahí.
- Me obligaste a que haga esto - lo jalé de los dos brazos y lo empujé contra la pared - adiós - abrí la puerta y salí corriendo de ahí.
Me dirigí a mi habitación y cerré la puerta, pero esta fue abierta con brusquedad, volteé para ver quién era y adivinen de quién se trataba.
Narra Michael:
Si que esa mujer tiene la fuerza de 100 hombres, con unos movimientos ya me tenía en la pared, no crean que ella se saldrá con la suya. La seguí hasta su habitación y sin pedir permiso la abrí.
- Lo que me hiciste me la vas a pagar - sonreí.
- No me dejaste salir - alzó los hombros.
- Si hubieras pedido "por favor", lo hubiera hecho - crucé mis brazos.
- ¿Seguro? - arqueó un ceja.
- No - sonreí.
- ¿Qué quieres que haga para que salgas de mi habitación? - se sentó sobre la cama.
- Nada, ya me voy - me estaba dirigiendo a la puerta, pero (Tn) cogió mi brazo.
- Perdón por lo que hice - me miró apenada.
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Corazón Valiente (Novela De Michael y tú)
Фанфик"Y pensar que todo empezó siendo su guardaespaldas"