Hoy escapé, no aguanté y me fui, lloré todo lo que no había llorado. Sé que estoy viva porque de lo contrario no estaría sintiendo lo que siento.
La verdad es que me esforcé muchísimo, me esforcé para gustarte, me esforcé para estar ahí en las buenas y en las malas, me esforcé, y lo único que conseguí es sentirme todo el tiempo insuficiente.
Tus problemas se los contabas a alguien más, tus alegrías se las contabas a alguien más. Así que a insuficiente hay que sumarle invisible.
No creo que lo que pasó hoy haya provocado todo esto, y es así cuando recuerdo lo que dijo el Gran Mario Benedetti: "Tengo la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas que no lloró en su debido momento".
Y me puse a pensar ¿por qué estoy llorando?
Estoy llorando porque estoy cansada, cansada de no priorizarme, cansada de esforzarme al máximo y entregar todo de mí a personas que no lo valoran, estoy cansada de querer a gente que no sabe lo que quiere, cansada de que nunca sean claros conmigo.
Estoy cansada de ser insuficiente y de ser invisible.
Estoy cansada de mí hoy.
