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-Ha pasado una semana, Jeongin. Debes ir a revisar cómo está el bebé.-dijo Jisung con molestia sin subir el tono de su voz.

-No puedo pedirle tanto dinero a mi mamá...-susurró.-Ella va a darse cuenta, Jisung.-sus manos apretaron su cabello antes de llevarlo hacía atrás.

Jeongin sabía que era su obligación ver por el bienestar de su bebé, lo cual implicaba ir al ginecólogo. Pero el miedo a ser descubierto era más grande que la razón. Y era por ese motivo que Jisung llevaba una semana insistiendo con el mismo tema, incluso recibía día y noche mensajes de él, diciendo que debía arriesgarse e ir de una buena vez.

-Puedes mentirle y decir que es para un trabajo escolar.

-Tengo miedo...-Jeongin miró a su alrededor, revisando que sus compañeros estuvieran bastantes sumergidos en su mundo.-Pero lo voy a intentar.

Jisung aplaudió un par de veces con emoción y sus risas no se hicieron esperar. El pelinegro sólo atinó a verlo con inseguridad, que muy a pesar de eso, sonrió. Jeongin estaba seguro que daría lo que fuese por qué su hijo estuviera bien  y si arriesgar su pellejo era parte de, entonces lo haría. Aún era difícil asimilar todo lo que estaba pasando, pero no había dudado ni un segundo en hacerse cargo de él. Podía estar pasándola mal la mayor parte del tiempo, reprochandose a sí mismo no poder decir abiertamente lo que estaba sucediendo, pero jamás atentaría contra la vida de alguien que no tenía la culpa de sus descuidos, sumándole que su hijo era el producto del amor que Hyunjin y él se tenían.

El nombre de su pareja hizo eco en sus pensamientos. Aún recordaba el porque Hyunjin no quería hablar con él. Estaba en todo su derecho de ignorarlo, pues Jeongin había sido bastante rudo cuando Hyunjin amablemente y sin pedírselo, le había llevado sus postres favoritos al notar que últimamente estaba bastante decaído. Al darse cuenta de ello, Jeongin no tardó en comunicarse con él para disculparse, acto que fue en vano ya que el rubio no había querido contestarle.

-Mis cambios de humor son muy repentinos.-habló finalmente Jeongin, su voz notandose triste.-Y es por eso que Hyunjin no quiere hablarme.-sus lagrimosos ojos vieron a su amigo y este llevo su mano a uno de sus hombros, animandolo.

-No es tu culpa, Jeongin. Y tampoco lo es del bebé.-aclaró.-Es un proceso y tiene sus efectos. Todas las personas pasan por lo mismo y junto a ello vienen muchos cambios. Al principio son difíciles pero aprendes a domarlos.-sonrió satisfecho de haberse memorizado una de las muchas notas sobre embarazos primerizos que había leído una noche con intenciones de poder aconsejar a su amigo.

-No sé que haría sin ti en estos momentos, Jisung.-rió.-Seguramente ya me habría quedado sin cabeza.

-Eso es un halago para mí.-movió sus cejas de arriba a bajo con una sonrisa burlona.-¡Anda, amigo! Ve y conquista a tu chico sino quieres quedarte a vestir Santos.

Y entre risas y bromas, el día finalmente concluyó.

Chiquito, pequeño, bonito | HyunIn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora