¿Quien eres tú?

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Mi padre estaba cada día peor, básicamente era una planta. Mi hermanita por suerte hizo amigas. Mientras tanto yo completamente solo.

Un sábado por la tarde decidí salir a caminar con mi música, ¿ A donde? No sé, por allí. Extrañaba tanto mi casa, mis amigos, mi escuela, todo.  Al pasar por una gran casa antigua me agache a atarme los cordones que se habían desatado. Sentí una extraña sensación, como un escalofrío. Díganme loco pero fui a echar un vistazo, la curiosidad me mataba y el aburrimiento también.

 Abandonada. Siempre sentí cierta atracción por los lugares abandonados, es decir, me interesan, su historia, cada tontería, ¿Que habrá pasado allí? Me pregunto siempre.

La casa era realmente grande. Para entrar había un camino de piedra. Era una construcción un poco cuadrada, con columnas en la entrada. Sus paredes eran de madera. Tenia un tono grisáceo que tocaba un extraño índigo muy sutil. La puerta, bueno, igual a la de mi nueva casa, pero con un picaporte de oro.  Rodee la casa ya que detrás había un jardín. Salte una valla de madera pintada de blanco que no media mas de un metro. Allí había una piscina, vacía por supuesto y llena de plantas. Completamente descuidado el lugar. Cerca de la piscina un columpio de madera atado a un árbol.

Me aproxime al columpio y me senté cuidando que no se rompiera. Sentí una brisa que.. wow... no sabría describir la sensación, no se frescura, olor a vainilla, tal vez. Sentí un escalofrío así que me pare y me di la vuelta para irme. Sentí una atracción bueno no se que seria algo así. Volteé. Y para mi sorpresa había una chica sentada de espaldas en el columpio. Mi corazón se acelero y mi respiración también. Tenia el cabello ondulado, era negro y brillante, parecía suave. Era delgada, bastante pero no en exceso. La joven se paro y volteo para mirarme.

-Hola - sonrió. Sus ojos eran azules, hermosos, cautivantes. Su piel pálida iba perfecta con ellos. Sus facciones eran finas y suaves. Vestía una short de jean y un suéter color crema. Y en sus pies botas marrones.

-Hola-respondí

-Me llamo Megan... ¿Y tú?- se aproximo a mi

-Eh, soy Anthony-Retrocedí un poco. Aun seguía en blanco, me costaba hablar.

-Un gusto- sonrió- ¿Eres nuevo aquí?-pregunto

-Ssi- tartamudeé

-Tranquilo no voy a morderte-rió- lamento haber aparecido de esa manera.

-Creí que nadie vivía aquí-confesé observando la casa

-Bueno ahora sabes que vivo yo-rió. Trate de reír también pero me sentía asustado, así que hice una extraña mueca la cual si hubiesen visto hubiesen reído de la manera en que lo hizo ella

-Luces asustado- ella se veía tan tranquila y a mi me temblaban hasta las uñas.

-¿Que? No no, bueno, lo estaba pero ya no, digo, no te había visto...-trate de disimular. Cada palabra que decía me hacia quedar mas estupido de lo que ya era.

-Lo siento no pretendía asustarte...- se sentó en el columpio pero esta vez mirándome- jamás te había visto, te mudaste hace poco ¿Verdad?

-No llevo mucho tiempo-dije con las manos en los bolsillos, ya respiraba normalmente.

-Yo vivo aquí desde que nací, desearía irme-suspiro- pero eso nunca va a pasar.

Charlamos un rato a cerca de nuestras vidas, no estaba mas asustado, es mas, estaba aliviado por conocer a una persona amigable en todo este maldito pueblo.

-Esta bien, es muy tarde sabes, tengo que irme-le sonreí

-Okay, espero que nos veamos otro día Anthony- me devolvió la sonrisa. La salude y me fui a mi casa algo sorprendido.

Cuando llegue mi padre estaba sentado en el sofá bebiendo. Cerré la puerta y dije hola, pero ni siquiera volteo a verme.

El domingo decidí ir al "centro" si así se lo podía llamar, demasiado campestre para mi. 

Entre a una tienda de cómics "al fin" pensé. Detrás del mostrador había un hombre, tendría unos 40 años, era bastante gordo.

-¿Precisas algo niño?-pregunto con una voz áspera y gruesa.

-No soy un niño- me queje, me miro como si hubiese dicho alguna mentira.

-Esta bien, joven- dijo impaciente

-Solo miraba- dije mientras tomaba un comic viejo de Superman. No sabría decir que era mas entretenido, molestar al tipo o leer cómics.

-Tu eres el que se mudo a la casa Westfall, ¿No?-pregunto

-No sabia que la casa tenia nombre, pero probablemente si-deje el comic que tenia en mis manos y me acerque al mostrador- no creo que entren mas personas en este pueblito fantasma- bromee, pareció molestarle.

-Bueno, hay un par de casas vacías, dehecho hay una cerca de tu casa-se acerco a la estantería y acomodo el comic que yo deje en la estantería equivocada- terrible historia contiene esa casa, grandes secretos jamás develados hay allí- hizo una pausa- según he escuchado- suspiro- pero nadie podrá saberlos, los dueños murieron hace 3 años. ¨Al fin algo interesante en este maldito desierto pensé. 

-Me gustaría escuchar la historia, digo, no tengo nada mejor que hacer-apoye mi espalda en el mostrador, el hombre aun se encontraba de pie.

-Esta bien, te contare porque tampoco tengo otros clientes-comenzó a relatar- En la casa Winchester vivía una pareja con sus 2 hijas, Megan de 17 y Beth de 14(actualmente), quien es la única de ellos que esta viva. Los padres Christina y Nick fueron asesinados por el tío paterno de las niñas (es decir el hermano de Nick) ¿Por que? Quien sabe. La hija, Megan fue atropellada por un auto enfrente de la casa- sentí un escalofrío en mi espalda cuando pronuncio el nombre Megan- Beth, actualmente es ciega, la verdad no se el motivo, solo se que fue enviada a vivir con su abuela, sigue aquí en el pueblo- eso significaba que iba a mi escuela, bueno, la única escuela en este lugar- Y su tío se suicido luego de haberlos matado. Es un verdadero drama, sostengo que esa familia estaba maldita. Por desgracia no puedo contarte mas, no se habla mucho de este tema.

-Wow, pobres...-la gente esta muy loca saben, ¿Asesinar a tu hermano y a su esposa? Dios mío. Charlamos un rato mas con el hombre, me comenzó a agradar un poco. 

Iba hacia mi casa cuando pase por la casa abandonada

-Dios mío- me dije a mi mismo en voz alta. Entonces la vi a ella sentada, otra vez, en el columpio. Me arme de valor y fui hacia la chica.

-Hola Anthony- me sonrió. No respondí. Solo la observe. Se levanto y me toco el hombro, lo cual provoco que mi corazón se acelerara- ¿Sucede algo?-nos miramos fijamente unos segundos. Yo trataba de descifrar si era real y ella probablemente que me sucedía. Entonces rodó los ojos- oh espera, ya se, pueblo pequeño rumores grandes, ya se que sucede- se acerco hacia mi, estaba, muy cerca, demasiado- se supone que estoy muerta ¿No?- . Se sentó en el columpio y sonrió- Te deje sin aliento ¿Verdad?

Mas allá del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora