Cap 8: Te encontraré

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No soy dueña de Yugioh ni de sus personajes,

ni tampoco de Cenicienta.

Sin más que decir, que lo disfruten.

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Después de que concluyera el baile de esa noche, y también el escándalo ocurrido sobre el chico que había escapado del príncipe a medianoche, el rey Aknamkanon se dirigía en este momento en dirección a la habitación de su hijo, en donde esperaba saber qué ocurrió con este joven misterioso y por qué huyó de él.

Llegó hasta el frente de la puerta, tocó un par de veces, y se sorprendió un poco al escuchar que le contestó la voz de su sobrino. Entró al cuarto, y se encontró con que ecfetivamente Seto se encontraba allí de brazos cruzados, suspirando mientras veía a un adolescente tricolor deprimido bocabajo en su cama con la cara hundida en sus sabanas.

-Atem, basta, no es tan malo.- dijo Seto con molestia.

-¡Sí lo es!- respondió Atem sin levantar su cara.

-Ah... ¿Podría saber qué sucede aquí?- preguntó el rey, en absoluto sin comprender. Seto se volteó hacia el mayor y suspiró.

-Pues según Atem, está deprimido porque tiene la fantasía de que echó a perder por completo esta noche con el chico con el que estaba.

-¡Sí lo eché a perder!- Atem levantó la vista con molestia. -¿Sino por qué otra razón huiría de mí así? Ten en cuenta que los demás jamás huyen de mí de esa forma, al contrario, yo soy quien siempre tiene que huir de los demás, ¡no al revés!

-Justamente quería hablarte de eso.- Aknamkanon se acercó a la cama de su hijo y se sentó junto a él, quien lo miraba con curiosidad. -Ahora dime: ¿Quién es ese encantador jovencito con el que bailaste esta noche?

Atem suspiró. -Honestamente no lo sé.- esta respuesta sin duda no la esperó ninguno.

-¿Qué quieres decir? Creí que cuando se encontraran los dos, él te diría su nombre. ¿Acaso no fue así?- preguntó Seto. Atem se sentó en la cama con la mirada baja.

-Pues así iba a ser, pero cuando sonó el reloj marcando la media noche, de la nada el momento se interrumpió cuando me dijo que tenía que irse.

-¿Y dijo por qué razón fue?- preguntó Seto.

-¡No! Solo me dijo que tenía que irse, estábamos a punto de besarnos y me dijo eso. ¡¿Qué clase de persona es la que estás a punto de besar y de la nada te dice que se irá?!- Atem se tiró de espalda a su mana, cubriendo su mara con sus manos con frustración. -¡Agh, debí haber echó algo estúpido como para espantarlo de ese modo! ¡Él era tan lindo y tierno y es mi culpa que se fuera!

-Pues yo no creo que fuera así.- la atención de Atem fue llamada y se incorporó en la cama cuando habló su padre. -Mientras él corría por los pasillos para poder irse, de casualidad me lo encontré cuando tropezó conmigo. Se apenó por lo que pasó y no paró de disculparse conmigo, fue algo adorable. Pero también me dijo que durante toda la noche no fuiste más que un caballero con él, y que disfrutó enormemente su tiempo juntos.

-¡¿En verdad eso dijo?!- Atem se sobresaltó emocionado por la noticia.

-Así es, y por el corto periodo que estuve con él, pude darme cuenta de que es un jovencito encantador que realmente te ama.- Aknamkanon le mostró una sonrisa a su hijo, pero no esperaba que éste bajara la mirada con tristeza.

-Pero eso no importa. Se supone que esta noche era para poder conocernos él y yo, pero ni siquiera pude saber cual era su nombre, y me temo que debido a eso jamás pueda volverlo a encontrar.

Violeta CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora