Alyssa llevaba un tiempo buscando algo que le hiciera creer de nuevo que valía para el mundo en el que llevaba metida de pequeña, ya que después de una ruptura tan dolorosa apenas había podido recuperarse. Aquella tarde, después de acompañar a una vieja amiga por un pueblo del sur de la región que la había visto nacer, ésta decidió que una copa la animaría.
Finalmente se decidieron por un tranquilo pub en una zona escondida de la calle principal del pueblo, el cual, coincidieron en que tenía un ambiente agradable. Así que tomaron asiento en una de las mesas cercanas a un pequeño e improvisado escenario y tras ser atendidas por una acogedora anciana fueron sorprendidas por la ronca voz de una muchacha, quien había subido a aquel escenario casi sin ser vista y comenzó a cantar una lenta y pegadiza melodía.
- "Why are you blaming me for all your insecurities? I never did anything, but you closed the doors, slammed shut on me"
Los ojos de Alyssa, junto a la de los demás clientes, se posaron sobre ella, con la diferencia que a medida que el pub se vaciaba ella seguía atenta a las letras y la ronca voz de la joven, quien la había captado por completo. Y dicho hecho se repitió uno y otro viernes hasta verse obligada a atender los planes que su representante le obligaba a asistir aún sin su conformidad.
Fue aquel viernes 13, pasada la entrada de la primavera cuando decidió levantarse en mitad de uno de los descansos de la muchacha y acercarse a la barra, donde esperaba expectante la anciana cuyo nombre ya había aprendido, Meredith. Ésta la recibió con una sonrisa y tras arquear una ceja en un intento de saber para qué se acercaba, Alyssa habló.
- Meredith, ponme otra cerveza. - Sin embargo, Meredith era consciente de que de ser eso lo que la llevaba hasta allí le habría bastado con alzar el brazo a otra de las empleadas más jóvenes que rondaban por la mesa. - También quería preguntarse sobre la chica que canta, llevo semanas escuchándola y me gustaría saber su nombre.
- Se llama Dana y trabaja aquí otros días de la semana como mis otras chicas, ¿era solo eso?
Esa pregunta la tomó desprevenida, lo que provocó que está por un momento casi se sonrojara al no esperarla, pero supo cómo esquivarla y tomar la compostura.
- ¿Puedo hablar con ella un momento?
- Si esperas a que termine podrás hacerlo perfectamente, siempre que ella quiera y pueda. - indicó Meredith sin borrar esa tierna sonrisa de su rostro que había aparecido al ver los gestos de Alyssa.
Y así fue, Alyssa esperó otra hora de forma ansiosa y tomando tranquilamente la cerveza que había pedido en un intento de seguir entretenida y no beber más de lo que su cuerpo le pedía en ese instante a que Dana terminara. Una vez así sucedió, ésta bajó del pequeño escenario improvisado y paseó por la sala hasta la parte trasera y oculta del pub, donde había una pequeña habitación que le servía como vestidor. Lo que no esperaba en absoluto era encontrarse con Meredith al salir por la puerta de ese habitáculo.
- Cariño, preguntan por ti.
Aquellas palabras llamaron por completo su atención, pues era la frase que ansiaba escuchar desde que tenía uso de razón en cuanto a ese ámbito de su vida. Dana había nacido en el seno de una familia humilde perteneciente a otro país del que habían tenido que huir por la situación política en la que se encontraba desde que ella era una cría, hecho que justificaba su inglés y acento perfecto, y, además, en los últimos años había dedicado sus tardes y noches a trabajar para Meredith, ya que el sueldo que la señora le otorgaba servía a la muchacha para pagar las necesidades básicas de su familia.
- ¿Quién?
- Una muchacha, le has llamado la atención y quiere conocerte. ¿Te parece bien?
Aunque las palabras de la mujer no fueron las correctas para referirse a Alyssa, Dana supo interpretarlas y presa de la curiosidad simplemente asintió. Ante ello Meredith desapareció por unos segundos y en su lugar apareció delante de sus ojos una joven rubia de aspecto cansado y alocado, quien forzó una sonrisa en un intento de no parecer nerviosa.
- Hola, entiendo que eres quien me buscaba.
Sin embargo, la sonrisa de Dana calmó los nervios que afloraban y atormentaban a Alyssa. Esta estiró con cuidado su brazo en un intento de presentarse formalmente.
- Así es, me llamo Alyssa, llevo unas semanas viéndote cantar en este pub y quería conocerte, simplemente.
Aunque no lo pareció en absoluto la tripa de Dana se vio víctima de un retortijón al darse cuenta de que nuevamente volvía a ser engañada por las falsas esperanzas de ser encontrada mágicamente por alguna persona que la ayudara a conseguir el sueño que tenía desde que era una cría.
- Pues aquí me tienes, encantada Alyssa. - Dana rápidamente se acercó a ella para abrazarla y dado a que esta no lo esperaba rápidamente se vio envuelta en un raro sentimiento de incomodidad a la vez que de calma. - Espera un segundo, dejo esto y vuelvo contigo.
Alyssa no pudo no fijarse en que Dana se marchó para dejar la guitarra desgastada que usaba cada viernes, ya que a su vuelta no la tenía entre sus brazos y que sonreía incluso más que antes, sin parecer aún así que fingía delante de ella.
- ¿Te parece seguir esta conversación de camino a la parada de bus? - Propuso Dana.
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Prisioner.
Fanfictiondespués de una vida frente al ojo pública, tras haberse visto envuelta en una traumática ruptura y ser presa del alcoholismo la joven Alyssa decidió tomarse un descanso en el pueblo de sus abuelos; allí conoció a Dana, una muchacha carismática y que...