"Es tan jodidamente bella..." -Pensé al mirarla-.
Ahora mismo vamos en el auto, solos. Nosotros y la carretera. A ella le fascina viajar en coche. Su sonrisa es encantadora, sus ojos se ven cargados de energía y felicidad; eso es ella para mí: mi felicidad. Avanzamos rápida pero cuidadosamente, y ella está a mi lado, cantando cada canción que suena en el estéreo. Ama la música, significa todo para ella, tanto como ella para mí. ¿Te dije que está cantando? Oh, sí. Su voz... Su maravillosa voz. Canta cada canción como si fuese la última, ella ama cantar. Ahora mismo, su baja voz intenta elevarse sobre la del estéreo en un intento fallido. Su voz es aguda cuando hace eso, pero aún así me gusta. Su canción favorita está sonando, y una leve sonrisa aparece, su rostro se ve completamente iluminado.
—Me gusta oírte cantar ésta. -Digo con una cálida sonrisa en mi rostro, que indica que mi palabra es completamente verídica. Ella solo se limita a sonreírme también. Y eso basta para mí: su sonrisa, eso es todo lo que quiero ver.
Apago el estéreo para oír su voz, pero ella se detiene, no le gusta que la escuchen cantar. Para nada. Y así es como yo igual me limito a tan solo sonreírle, y sé que ella entiende lo que estoy diciéndole internamente: "Canta para mí". Lo hace. Está cantando. Ahora. En voz alta. En el coche. En mi coche. Porque yo se lo pedí. ¡Para mí!
Solo conduzco mientras escucho su suave voz, me agrada, pero no soporto escuchar el estribillo de aquella melodía. ¡NO! Mi cabeza solo piensa en ella y en aquel estribillo:
"We're only getting older, baby. And I been thinking about it lately: Does it ever drive you crazy just how fast the night changes? Everything that you've ever dreamed of disappearing when you wake up..."
Eso colmó mi paciencia, y no de mala manera, claro. Pero sí me di cuenta de algo: es cierto, envejecemos, aquí, a cada minuto, a cada paso que damos, y yo no hago más que pensar en ella. Ahora mismo el día avanza, la noche se acerca, y jamás la he besado o le he dicho cuánto la amo. JAMÁS. Y sé que si no lo hago pronto, seguramente terminaré por perderla, pero no puedo dejar que eso suceda, claro que no. No puedo perderla. Nunca fui de aquellos que se apresuraban con este tipo de cosas, pero jamás había sentido un amor tan grande por nadie, y ahora creo que realmente no me había enamorado hasta ahora.
Decidí aparcar el coche a un costado de la carretera, por la expresión de su rostro, puedo comprender que no entiende muy bien lo que está sucediendo. Y no la culpo, yo tampoco lo sé. Siquiera puedo hablar, no. Hay algo que no deja que las palabras salgan de mi boca. "Genial, Tom" -Comencé a decirme a mí mismo- "5 años esperando este maldito momento, y mi mente me juega una mala, dejándome sin habla". Bien, eso me basta para que el silencio se haga demasiado incómodo. Como siempre, ella solo se limita a sonreír. Siempre me he preguntado por qué casi no habla, ella solo canta, pero no me hace falta que diga ni una sola palabra para sentirme atraído. ¿Ya les dije que su sonrisa es la más preciosa del mundo entero? No puedo dejar de mirar sus labios. ¡Oh, sus labios! Aclamados sean. Pero mi cuerpo no responde, eso creo. "Joder,¿qué estoy haciendo?" Mi cuerpo se está inclinando sobre el suyo, y mi mente no logra detenerlo. "Sé como ésto termina". Mi cuerpo acaba de frenarse, ella tiene sus ojos cerrados, ¿por qué cierra sus ojos? ¿acaso me tiene miedo? ¿cree que puedo hacerle algo? No, esperen. Y es que acabo de notar cómo nos unimos en un suave y dulce beso.
Cuando logro separarme, los nervios recorren mi sistema por completo. De nuevo, ella sonríe, y de algún modo eso me alivia, porque sé que no me tiene miedo ni está molesta. Sus labios vuelven a posarse sobre los míos, devolviéndome el beso que hace unos segundos, mi subconsciente formó. Y así, con toda certeza, sé que también me ama.
Tomo su mano y comienzo a conducir nuevamente, esta vez, sin rumbo alguno, hacia algún lugar donde podamos ser eternos, así también como nuestro amor lo sea.