—Pasemos a mí oficina —les dijo, mientras Valentino empujó su silla y entraron al lugar.—Ve, eres tu quien necesita hablar con él —le susurró Xin.
—No, tu vendrás conmigo, te necesito como mi abogada, por favor —le pidió Lucía.
Xin miró a Daichi, le hizo unas señas para decirle que entraría con Lucía, Daichi quiso negarse, pero dejó así y asintió con su cabeza.
La oficina era espaciosa, elegante y cómoda, no se escuchaban los ruidos del esterior, se sentía tranquilo. En el lugar se encontraba un escritorio, un par de sofás, algunos estantes con libros y un ventanal muy amplio, por el que se tenía una buena vista e iluminación.
—Valentino, cierra con seguro, que nadie nos interrumpa, ah, y puedes salir con la señorita Xin, dejame a solas con Lucía. —le pidió a su amigo.
Antes que Valentino pudiera hablar y pedir alguna explicación, Lucía se le adelantó.
—Ella se queda conmigo, es mi abogada. —se opuso la muchacha.
—¿Abogada? —habló extrañado.
—Si, ella es mi abogada, y revisara conmigo que el contrato este en orden.
—¿Ella...sabe?
—Si —le confirmó.
El par de hombres quedaron confundidos, jamás pensaron que Xin estuviera relacionada con Lucía, no hasta el punto de contarle sobre su negocio.
—Ya decia yo que era raro que no me llamaras después de leer el contrato... Valentino, llama a mi abogado, dile que venga de inmediato. —le pidió.
Pensó jugar con Lucía un poco y hacerla ceder a sus peticiones, pero al verla allí, sabía que no se iría hasta firmar un contrato que ella considerará justo.
—Muy bien, ya me comunico con él. —dijo Valentino, para luego salir de allí.
—Tomen asiento —les ofreció a las muchachas —¿Que parte del contrato no te gustó?
—Podría decir que muchas cosas, pero me conformo con que arregles la parte en la que pides que regrese después de un año a trabajar contigo, y de paso que quites la parte en la que pides estar al tanto de mi vida después de que me vaya, quiero que te quede claro que no quiero que sepas de mi, ni tu ni nadie.
—¿Nadie? ¿Entonces que hay de la señorita Xin? —le preguntó.
Eso no lo había pensado, pero comunicarse con Xin sería más sencillo. Que ella supiera de su ubicación no le traería tantos problemas a comparación de Marco.
—Con ella puedo arreglar las cosas de otra manera, Xin no me preocupa como usted. ¿Por qué quiere estar al pendiente de mis cosas?
—Porque tus capacidades son muy buenas, y no quiero que se desperdicien, si trabajas conmigo podría llevar a la familia Olivierei a otro nivel. —le respondió.
Marco esperaba sonar lógico, no sabía cómo convencerla. Mientras esperaba que le contestara se fijo en la peluca que llevaba, ese color le sentaba muy bien... ¡Claro! Esa podría ser una buena idea pensó al verla así, se le había ocurrido una idea.
—Creo que eso no es una razón válida.
—Tengo una idea —se apresuró a hablar. —tu dices que no quieres seguir relacionada con los Lombardo, y de paso salir de la mafia, y yo quiero que trabajes conmigo, así que por que no hacemos lo siguiente, un año después que todo esto termine, puedes volver como te lo pido, y aquí es donde podemos hacer los cambios, yo me puedo encargar de arreglar para ti una documentación falsa, y tal como has venido aquí puedes cambiar tu look, así nadie te reconocerá.
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ADN Lazos de sangre
RomanceLucía Lombardo Montes, la bastarda de la familia Lombardo, hermosa e inteligente, con una sola cosa en mente, sobrevivir en el mundo más peligroso que podía conocer, la mafia. Marco Olivieri, el segundo hijo de la familia Olivieri, un hombre frío qu...