Llegamos a la casa de Deth y Dean me saco del auto entre sus brazos, pude observar su rostro y sin duda era jodidamente guapo, nunca me permití sentir algo por alguien.
Mi madre decía que el amor te hacia tener debilidades y que si quería ser fuerte jamás debería dejar entrar a nadie a mi corazón o a mi cabeza, pero Dean me hacia sentir segura, el era un idiota desde el primer instante que nos conocimos un estúpido engreído pero cuando estaba inconsciente lo escuche decir palabras de arrepentimiento que me demostraron un lado de Dean que no conocía, su rostro era duro y sobre esas ojeras habían unos ojos azules llenos de miedo y tristeza sabia leer muy bien a la gente mi madre no me dejaba salir así que mucho tiempo veía pasar a la gente por mi ventana y veía sus expresiones interpretando lo que sentían.
Irónico en verdad por que yo no sabia que sentía ahora.
-Venus ya puedes soltarme, ya estamos en el cuarto.- me decía Dean con una sonrisa a medias de inmediato lo solté y me dejo en la cama.
Salió del cuarto y al regresar llevaba con el un vaso de agua, una charola y un montón de gasas.
-Necesito que te quedes quieta voy a quitarte esa flecha y parare la hemorragia, solo necesito que confíes en mi venus.-lo decía mas como una suplica lo mire dudosa pero al final sabia que me ayudaría algo en mi sabia que podía confiar en estos chicos en Deth en Dean...
-Confió en ti Dean.
Tomo mi pierna y le hizo un torniquete, con mucho cuidado desprendía la flecha de mi pierna, dolía como la mierda pero tomaba las sabanas para no pegar un grito, cuando por fin la flecha estaba afuera Dean me lleno de gasas con agua y finalmente el vaso que traía lo vacío sobre mi herida, estaba confundida este que se creía que inundando mi pierna se iba a curar.
-Dean no es por dudar de tus practicas medicas pero no se supone que las gasas van secas para que se llenen de sangre, digo solo es mi humilde opinión.-me miro con ojos asesinos.
-El echo de que no te estés quejando del dolor mientras dudas de mis practicas medicas es por que soy un maldito dios del agua y si observas tu pierna te darás cuenta que estas como nueva.
Mi boca casi se cae al piso cuando vi que mi pierna estaba como si nada me hubiera pasado, buscaba una especie de cicatriz pero no había nada. Alce mi mirada a verlo y tenia una gigante sonrisa llena de arrogancia y orgullo.
-Cállate dios arrogante.-Le mostré mi mejor sonrisa irónica y me levante de mi cama debía leer los libros que Deth tenia sobre mi legión debía aprender rápido.
-¿QUE?!! te salvo la pierna gracias a mis dones y tu ni siquiera me agradeces eso es ser arrogante nena. - me miraba con los hombros cruzados.
-Acostúmbrate a la decepción, en verdad crees que soy como las chicas que ves en la escuela, frágiles, débiles y llenas de sentimientos por ti, JA.-no se por que me había comportado como una tonta al hablarle así pero era necesario no quiero que piense que soy débil o estúpida debo estar preparada para ser la mejor.
Sali de la habitación para poder ir al cuarto que me había asignado Deth, tal parece que mis cosas ya estaban en el cuarto al igual que los libros. Al salir de ahí Deth iba entrando con una enorme sonrisa dirigiéndose a Dean que se había recostado en la cama.
-¿Que chica no, viejo?- Le decía a Dean quien gruñía ante su burla.
Llegue a mi habitación y los libros eran muy grandes casi interminables pero tenia todo el día y noche incluso madrugada para leerlos, así que a leer.
Dentro de las paginas decía que el don del fuego jamás había nacido en una mujer siempre en un hombre y es por eso que la legión del fuego no confiaba en mi en su legitima diosa, odiaba este mundo lleno de machitos no era posible que incluso ellos eran tan idiotas, dentro de esas paginas leía sobre como controlar mi don y los alcances que podía tener al parecer el fuego corría por todo mi cuerpo era una bomba a punto de estallar así que ahora entendía por que era peligroso. Mi don venia de la energía, con el podía defenderme, prácticamente era un arma, quise saber si podía hacer lo mismo que Dean como curar o como Deth que controlaba la naturaleza pero también podía hablarle, en las paginas que seguía solo hablaba de como invocar al dragón de la legión a través de la daga y una fuente incomprensible de energía y miles de tipos de ataques diferentes la conclusión a la que había llegado era que solo era una arma una bomba, no curaba, no podía hacerme entender solo era destrucción.
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La ultima descendiente
Teen FictionHace exactamente mil quinientos milenios, cuándo la tierra comenzaba a crecer y la creación de las cosas emergía, los dioses, sabían que debían crear un ente que pudiera disfrutar de las grandes maravillas que ahí habían nacido, así que creo a un gr...