Parte única

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—¡Lo único que sabes hacer es reclamarme mierdas injusticias! —exclamó Osamu, y casi podía sentir la ira brotando de todos y cada uno de sus poros—

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—¡Lo único que sabes hacer es reclamarme mierdas injusticias! —exclamó Osamu, y casi podía sentir la ira brotando de todos y cada uno de sus poros—. ¡No soy una extensión tuya! ¡Puedo hacer exactamente lo que yo deseo con mi vida!

Atsumu, que había sido empujado contra una pared momentos atrás, se irguió de pronto. Dio una asesina mirada a su gemelo menor durante medio segundo antes de arrojarse contra él para sujetarlo del cuello de la camiseta con tanta fuerza que dejó descubierta una parte de su estómago.

Osamu le miraba desafiante.

—¡Y lo único que haces es hacer estupidez tras otra! ¡No tienes ni idea de lo que dices! —masculló Atsumu; estaba siendo tan intenso que seguro brotaron gotitas de saliva hasta el rostro de su hermano—. ¡¿Vas a tirar todo esto por la borda?! ¡¿Es eso?!

—¡¿A ti qué más te da lo que yo haga con mi vida?! —gruñó Osamu, y lo empujó tan fuerte en el pecho que volvió a darse contra la pared. La dureza de su golpe le había dejado sin respiración un momento—. ¡Podría hacer lo que yo quisiera, y eso no te da derecho a reclamarme tal como lo haces!

Atsumu rechinó los dientes. ¿Qué mierda se pensaba Osamu?

Se abalanzó sobre él para golpearlo, pero Osamu fue mucho más rápido que él. Lo agarró por la camiseta y los lanzó a ambos al suelo, a medida que lo zamarreaba y trataba de zafarse de los manotazos que le daba Atsumu.

Perdió la cuenta de la cantidad de veces que Osamu le golpeó, pero tampoco podía recordar cuántas fueron las veces que él mismo hizo daño a su gemelo menor. Una parte de su corazón le pedía a gritos que se detuviera —por mucho que estuvieran picándose todo el día, o por más que pudieran pelear varias veces a la semana, la verdad era que Atsumu siempre tuvo un punto más bien blando por Osamu.

Era su hermano menor, después de todo. Y no era solo eso, sino el hecho de que su gemelo casi nació muerto por estar asfixiándose con el cordón umbilical gracias a los movimientos involuntarios de Atsumu.

Por poco fue hijo único.

Una vez de pequeños, y cuando Atsumu estaba tan enojado con Osamu, le gritó que hubiera deseado que naciera muerto.

No se dio cuenta de la gravedad de sus palabras hasta que las dijo en voz alta y se provocó una herida emocional incluso a sí mismo. Ni siquiera podía imaginar lo que causó en Osamu tras haberlo dicho.

Incluso si no fuera por la mueca completamente rota y lastimada de su hermano, a Atsumu se le hubieran pasado las ganas de decirlo otra vez de todas formas —el golpe que le dio su madre en la boca después de aquello fue tan fuerte que le hizo morderse su propia lengua y sentir el gusto de la sangre.

Osamu se negó a hablarle durante tres días completos, hasta que sus padres les obligaron a pedirse disculpas. La cosa no duró tensa mucho tiempo —Osamu no era rencoroso, y pocos minutos después estaban jugando juntos en el barro después de la primera lluvia primaveral.

La mitad de mi vida [Miya Twins] - HAIKYUUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora