Capítulo; Segundo.

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—¡¿Qué demonios crees que haces?! —Ah... Está gritando tan fuerte. Estoy cansada de esto también, su actitud explosiva como si pudiera hacer lo que quisiera.

—Saludos segundo hermano mayor —Le saludé muy calmada, él y la criada se sorprendieron ¿Tan comunes eran mis berrinches? —. Disculpa que no te salude adecuadamente, pero como verás, estoy cenando.

Su cara de disgusto y enfado asustaron incluso a la criada. Que divertido.

—¿Por qué estás comiendo esa comida podrida?

¿Aún gritaras?

—Es natural comer cuando se tiene hambre.

—Estás loca, acaso ¿Este es otro de tus berrinches?

—¿Otro? —Dije entre susurros y enfados—. Esta es la comida que se ha mando a preparar para mi cena. Y debido al hambre es que estoy comiendo lo que se ha preparado para mi ¿Dónde se encuentra el berrinche?

Traté de mirarlo lo más calmada que pude, pero supongo que aun así sintió mi desdén.

—¿"Que se ha preparado"? ¡Tú! —Se dirigió a la sirvienta que está temblando—. ¿Qué significa que le estés dando comida podrida?

Oh, hermano mayor, has intentado acercarte, pero el olor no te deja, patético.

—Su majestad, he sido tonta y he cometido un terrible error. De seguro los de la cocina no acataron bien mis órdenes y querían jugarle una broma a la señorita —Cobarde.

—Ya veo —Como siempre, lo dejará pasar, después de todo, es por su falta de atención hacia mi persona, que el personal hace lo que quiere conmigo, porque, aunque ellos sepan, nunca harán nada—. Me estás diciendo que ¿Le trajiste comida sin sentir este olor, ni ver la putrefacción? —Su mirada, está muy enfadado ¿Por qué?

—Está sierva estúpida lo lamenta desde el corazón, solo soy una estúpida criada.

—Es cierto, eres estúpida y no cumples con los estándares ¡Haré que te despidan inmediatamente por este ultraje!

—¡¿Qué?!

—¡Tom! —Oh, el mayordomo siempre estuvo tan cerca...—. ¡Haz que la castiguen y despidan de inmediato! —Se giró a mirarla con profundo desprecio—. ... Por envenenamiento.

—Sí, señor.

Después de que el alboroto se detuviera, mi hermano pretendió seguir al mayordomo, pero en cambio se devolvió ¿Aún te quedan cosas por decir?

—¡Basta! —Me gritó como pocas veces mientras aventaba todos los platos.

—¿Qué es ahora? —Le pregunté impresionada.

—¡Deja de comer esa porquería!

—¿Por qué debería?

—¿Qué? ¡¿Acaso estás loca?! ¡¿Cómo no te das cuenta?!

—Creo que hermano está muy alterado. Volveré a mí cuarto —Me coloqué de pie.

—¿Te estás vengando? —Me tomó fuertemente de mi muñeca.

—Ah —Suspiré jadeantemente.

No me suelta y creo que quiere una respuesta firme, seamos concisos para irnos.

Mi destino como Villana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora