Elizabeth
Seguí tu perfume, desde tus manos hasta tu cuello. Seguí a tus ojos, desde mi regazo hasta mis labios. Sucumbí ante el pecado que me proponían tus caderas, y entre risas picarescas y murmullos atrevidos.... Apresaste mi piel con tus traviesas manos. Léeme en mudos labios y tómame a manos atadas. Hazme preso de tí, un...