SIN FRENOS.
Con veinte años ya había visto y pasado por situaciones que nadie tendría que vivir y por eso, le gustaba pensarse a sí misma como alguien capaz de enfrentar cualquier obstáculo que la vida le pusiera en el camino. Le gustaba creer también, que así como lo había vivido todo, ya nada podía sorprenderla. Y la cuestión...