En un principio, la presencia de Vamola parecía un consuelo para takakura: siempre a su lado, siempre sonriendo, siempre dispuesta a protegerlo. Pero aquella devoción inocente podía convertirse en algo mucho más siniestro. Si sus emociones llegaran a desbordarse, si los celos la consumieran por completo, nada detendría la transformación de su cariño en una fuerza destructiva. Vamola no vería diferencias entre aliados y enemigos; cualquiera que se atreviera a acercarse demasiado a takakura sería marcado como una amenaza. Sus instintos alienígenas, combinados con una obsesión humana desbordada, la convertirían en un depredador implacable. Donde otros verían amistad o simple cercanía, ella solo percibiría traición y peligro. Y en ese estado, sería capaz de arrancar vidas sin pestañear, convencida de que cada gota de sangre derramada era una prueba de amor. El mundo alrededor de takakura podría convertirse en un terreno hostil, controlado por la sombra de Vamola. Los pasillos de la escuela, las calles de la ciudad, incluso los momentos de calma en el hogar, serían vigilados constantemente. Cada risa compartida con otra persona, cada mirada desviada, cada palabra de afecto hacia alguien más... sería suficiente para desatar en ella una furia silenciosa, fría y meticulosa. Si ese futuro llegara, takakura ya no tendría libertad, sino cadenas invisibles tejidas por la obsesión. Y tras cada gesto dulce de Vamola, se escondería la amenaza de un desastre inminente: el amor convertido en jaula, y la devoción transformada en muerte.

Momo Ayase luego de lograr quitarle la maldición a su amigo Okarun, descubre que ella misma esta maldita y que hay cosas de su familia que ni ella misma sabia.

El linaje de Madara no murió en el Valle del Fin. Su linaje vivió a través de Minato y Naruto. Naruto con Sharingan, Fuerte/Godlike. NaruHina.