Nada sucede dos veces
"Lo único que ruego a mi pequeña Diosa es que tenga la bondad de dejarme morir primero", leyó Milo en el diario de Kardia, mientras se documentaba sobre los dos santos perdidos en la Atlántida durante la guerra que marcó la juventud de Shion y Dohko. Entre los testimonios de los dos veteranos del Santuario y los diari...