Mala influencia®

YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que encontrarnos. Lo intentaría, pero no podría odiarte, porque un día, sin avisar, me salvaste. Y esas son de las cosas que nunca se olvidan. Y es que me prometí a mí misma que no volvería a caer en el infierno, pero...

Raptada por el enemigo.

Lleve una mano temblorosa a mi costado, sintiendo como de este comenzaba a salir un liquido y como un dolor insoportable recorría cada parte de mi cuerpo. El me había disparado.