Lista de lectura de dellerbakeraa
2 stories
Somos Imposibles | PATRICIO SARDELLI by ImSarahLuxe
ImSarahLuxe
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Yo no debería sentir esto. Cuando lo conocí, la risa de mi mamá llenaba el restaurante, armonizando con la música tenue y las luces bajas que dibujaban sombras suaves en las paredes. Estaba sentada a su lado, con una copa en una mano y sus dedos entrelazados con los de él. Patricio. El nombre quedó flotando en el aire mientras él levantaba la mirada. Pero yo apenas lo escuché. Todo en mi pequeño mundo caótico pareció cambiar cuando sus ojos oscuros y fugaces se cruzaron con los míos, atravesándome de una forma que no supe descifrar. -Él es Patricio hija...al fin lo podés conocer-dijo mamá, con una sonrisa tan amplia que casi me dolió. Extendí la mano a través de la mesa con gesto automático, pero algo en mí se tensó al sentir el roce cálido de su piel contra la mía. -Un gusto, Barbara-murmuró él, arrastrando mi nombre en un tono que mezclaba calma e intensidad. Y de repente, todo sucedió. Una chispa, una corriente eléctrica que recorrió mi columna y me dejó paralizada. Algo en mí se quebró en ese instante. Tal vez fue la manera en que me miró, como si ya me conociera, o esa voz suya que parecía diseñada para instalarse en los rincones más profundos de mi mente. El aire del restaurante se volvió pesado, como si el espacio entre nosotros estuviera cargado de algo invisible. Fue un quiebre silencioso, pero definitivo, que marcó el inicio de algo que no podía controlar, algo que no debía permitirme sentir. Pero la certeza de que Patricio estaba fuera de mi alcance no apagó el incendio que su presencia provocó en mi pecho. Una chispa, pequeña e intensa, comenzaba a devorarlo todo y la poca moral que me quedaba...empezaba a verse difusa bajo la mirada del nuevo novio de mi mamá.
Somos lo que queda 2 | PATRICIO SARDELLI by ImSarahLuxe
ImSarahLuxe
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Todo parecía estar en su lugar hasta que la vida me demostró que aún podía ser más cruel conmigo. Durante años me convencí de que mi fortaleza radicaba en no mostrar debilidad, en esconder mis emociones bajo capas de indiferencia. Pero cuando Patricio apareció en ese restaurante, todo lo que había construido se hizo pedazos, dejando una cicatriz mucho más profunda que la que ya llevaba en el pecho. Viví detrás de una mentira descomunalmente grande, aprendí de mi mamá que lo único en lo que debía confiar era en mi desconfianza. Y Patricio, el hombre que entró en nuestras vidas como "el novio de mi mamá", resultó ser la última prueba de esa amarga lección. El tipo que me había dicho que estaba enamorado de mí un día, al siguiente le pidió casamiento a mi mamá, como si nada hubiera pasado. Y entonces, me fui. Fue un golpe tan certero que todo lo que conocía se desintegró. No sabía cómo quedarme sin romperme por completo, así que desaparecí. Me tomó meses entender lo que me había pasado y no hablaba únicamente de lo que Patricio había significado o lo que mi mamá me había hecho. No, todo era mucho más complicado cuando me sentaba a analizar el derrumbe que fue mi vida. A pesar de todo, algo dentro de mí me dijo que esto no iba a ser el final. Aunque el dolor era inmenso, me fui con la promesa de que volvería, que me levantaría nuevamente, aunque fuera con las manos temblorosas y el corazón hecho mierda. Porque al final, no somos lo que queda, somos lo que hacemos con los pedazos que quedan.