Una noche de penitencia con Chesire
Manchada por el pecado, corrompida por la lujuria, marchita por la ira de mi propio corazón impuro, lleno de codicia, deseando el amor, la pureza e inocencia de Chesire, el sacerdote del templo "Malvays" y nos hemos convertido en la vulgaridad de toda la pequeña ciudad de Catalina. Porque un sacerdote y una princesa n...