Amabella es una joven estudiante universitaria que decide viajar a Filipinas para trabajar como voluntaria durante dos meses. Todo parece trascurrir con normalidad, hasta que un evento desestabiliza toda su perspectiva. Todo lo que conoce se verá condicionado por amor, honor y deber, sin dejar a un lado grandes olas personales de miedo y culpa. Amabella se alejará de lo que fue, pero ¿será suficiente?

- Tranquilo, yo no soy como ellas, no te haré daño, puedes confiar en mi. - mi voz sale suave tratando de trasmitirle confianza, yo no soy así, no soy amable con las personas, no las ayudo, pero con el es diferente. Observo como cierra sus ojos y se vuelve un novillo en el rincón de este sucio lugar. - Co-confíe en mu-uchas per-sonas y mir-ra donde est-toy. - siento como mi corazón se rompe al verlo así, no se que me pasa con el, soy una maldita mafiosa. - P-por Dios, c-como me pid-des que conf-fie en ti, c-cuando acab-bo de ver, co-como le quitas la v-vida a esa-s personas. - aprieto la mandíbula cuando escucho el terror en sus palabras, observo a mi alrededor y veo todos los cuerpos de las malditas zorras que lo estaban violando, se supone que yo también haría lo mismo, no violaría a nadie, no, solo tendría sexo con el gerente de este lugar, siempre vengo a divertirme aquí, pero cuando vi como lo tocaban y el resignado solo apretaba sus hermosos ojos, sin poder defenderse, sentí demasiado coraje e impotencia, que no me dejo otra opción mas que matarlas. - N-no me toques po-por favor. - susurra cuando ve que doy unos cuantos pasos hacia él . - Te iras conmigo quieras o no. - tomó lugar frente a él y sin poder evitarlo empiezo a alzar mi mano, cierra más fuerte sus ojos y llora, cuando sentí su piel supe que toda mi vida había vivido con las manos vacías.