Lentes rotos no es una novela, sin embargo, cada escrito incorporado en este libro lleva una pequeña dosis de historia. Es tratar de encontrarse a sí mismo, es reconocer de una vez que el amor sólo tendrá finales infelices. Extrañar y sentirse un simple extraño en cualquier mundo dónde ya no estés. ¿Cuantas veces no se nos quedó un «Te amo.» en la garganta? ¿Cuantas veces no se nos quedó un «Te extraño.» en el filo del corazón? Cartas que seguramente nunca leerás, aunque me resguardo en la esperanza de que tal vez todo cambie y puedas leerlas. Lentes rotos no está amarrada a cualquier analogía barata. Quiero adentrarme en ti, que puedas sentir que aquella persona que se fue, aún sigue plasmada, ahí, en esa pequeña estación de recuerdos felices y que con tanta ironía convierte tus días en melancólicos. Lentes rotos.